“Andaba de pesca y me recibieron con la noticia del accidente”

José Andrés Guevara Castillo, el padre de Calixto, ingresó al puerto de Cuajiniquil el 4 de marzo del 2002, en el preciso momento en que se daba un gran movimiento porque “un pesquero se estaba hundiendo”.

Él tenía ocho días de andar de pesca en una zona vecina. En ese instante, no le prestó mayor interés al asunto porque lo único que deseaba era llegar rápido a la casa.

Al hacerlo, supo que Calixto, uno sus ocho hijos, era parte de la tripulación del barco que, presuntamente, naufragaba.

“Él se había subido sin mi permiso”, recordó don José, el jueves en Cuajiniquil.

Algo parecido le ocurrió a don Rafael Ángel Lara con su hijo Albin.

“A partir de aquel día, solo respiro para sobrevivir. Nunca más volví a tener tranquilidad”, agregó el veterano pescador.

Al preguntarle acerca del porqué nunca apareció ningún indicio del naufragio, respondió que habría que interrogar al dueño de la lancha, para que explique por qué “algunos dicen que ellos fueron secuestrados”.