Carmen Aybar
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Aunque en el pasado ya he tocado el tema de la erección y disfunción, hoy este problema sigue teniendo gran vigencia. El tema de la disfunción eréctil resulta humillante y frustrante para el hombre. Más aún si vivimos en una sociedad como la nuestra; machista en la cual las exigencias son muy grandes para el varón.
El trastorno en la erección masculina consiste en que los mecanismos vasculares no logran enviar sangre al pene, por lo cual este no se puede mantener erecto hasta el fin de la relación coital. Pueden haber factores biológicos detrás de esta disfunción. Los factores físicos más comunes son aquellos que afectan a los nervios periféricos, medulares o los endocrinos que disminuyen los niveles de andrógenos. También los trastornos urológicos y enfermedades como la diabetes pueden llegar a afectar la erección.
Además, factores como el cansancio y el consumo de alcohol o de ciertos narcóticos y medicamentos disminuyen el desempeño del pene.
En algunos casos es aconsejable efectuar una revisión médica antes de iniciar una terapia sexual. Sin embargo, según mi experiencia profesional, los varones padecen comúnmente esta disfunción en su mayoría porque su aparato psíquico los está traicionando, o sea por lo general, todo está en la mente. El responsable de esta disfunción muchas veces es el miedo. Este impide realizar el desarrollo de sus potencialidades humanas. La ignorancia en material sexual, los tabúes y los prejuicios, pueden ocasionar dificultades para entregarse por completo a la experiencia sexual y esto es indispensable para poder disfrutar plenamente.
También sucede que si el hombre está deprimido, esto puede ser la causa de una erección trastornada. En estos casos es necesario un diagnóstico para así determinar si es necesaria una terapia.
La disfunción puede presentarse a cualquier edad, en jóvenes y adultos mayores, ya sabemos que el hombre puede mantener la sexualidad durante toda su vida.
El varón que sufre de problemas de erección puede llegar a menospreciar su autoimagen y a menudo tendrá problemas de comunicación interpersonal y sexual.
Podemos determinar que hay un problema cuando:
1. Cuesta que aparezca la erección.
2. No se mantiene durante los juegos y caricias previas.
3. Es difícil que se dé la penetración.
4. Cuesta que se mantenga la penetración.
En cualquiera de estos casos, la terapia sexual es una excelente alternativa que permite superar y aprender técnicas que favorezcan la erección en cualquiera de los aspectos sexuales.
La terapia sexual se basa en métodos directos e indispensables que, sea cual sea la causa, ayudará a dar resultados rápidos y seguros.
Estos métodos también se basan en erradicar el miedo, en estar menos pendientes del pene y en practicar técnicas que permiten fluir la sangre hacia él.
Resulta obvio, entonces, que es preferible solucionar esta disfunción lo antes posible, ya que este no es un problema que se arregla solo.
Pero primero hay que conocer las causas para poder solucionar el problema de raíz.
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