Miércoles 23 de abril de 2008, San José, Costa Rica
Sucesos | Santa Cruz sepultó a Luis Enrique Siles, torero improvisado
Con música y llanto despiden a “Torta”
Degollado por el “Congo Negro”
  • AlDia.co.cr
    Las honras fúnebres fueron ayer por la tarde. La marcha transcurrió dentro del folclórico ambiente santacruceño. Julio PEÑA.
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    Tomás Guadamuz rindió homenaje a su yerno. Julio PEÑA.

Julio PEÑA, corresponsal
Rodolfo MARTIN
rmartin@aldia.co.cr

Santa Cruz, Guanacaste.- La música parrandera sonó con fuerza ayer por las principales calles de la Ciudad Folclórica, en la despedida a Luis Enrique Siles Pizarro, el querido “Torta”.

El recordado torero improvisado murió degollado el domingo anterior por el toro “Congo Negro” en las fiestas de Chircó.

En el recorrido del cortejo fúnebre al camposanto, los veteranos músicos de la cimarrona municipal se alternaron con los niños de la escuela de Matapalo.

Las dos agrupaciones tenían en común a su director Tomás Guadamuz de la O, suegro del difunto.

Un instante de mucha emoción fue cuando Guadamuz ejecuto magistralmente en su saxofón “Las Golondrinas”, mientras decenas de personas desfilaban frente al ataúd.

Dania Guadamuz, compañera de Siles, sentada en una banca con su hijo de dos meses en brazos, recibió las condolencias de los presentes.

Los restos de Siles fueron transportados en medio de una gran algarabía, en hombros de familiares y amigos. Un grupo de excompañeros de la Fuerza Pública escoltó el ataúd.

En el templo sus primos Osvaldo Vallejos y Jimy Siles comentaron visiblemente afectados que lo ocurrido es “algo insólito” y producto solo de la “mala suerte”.

Recordaron que Siles, que nació en Cebadilla –de donde es la familia– se fue a terminar de “criar” en Cartagena. También rememoraron la afición que tuvo por las fiestas taurinas, las que disfrutaba de “larguito”.

Siles, de 47 años, deja dos varones “ya hombres” y el bebé de dos meses, de su relación con Dania.

El sacerdote Luis Cascante, nativo de Santa Cruz, expresó que “peregrinos somos en la tierra, por lo tanto, todos debemos de estar preparados para partir a la presencia de Dios, ya que el día y la hora nos son desconocidas”.

Álvaro Duarte, uno de los presentes, lo recordó como un colaborador de las obras comunales.

“La última vez que lo vi, llegó a contratarme el grupo de payasos de ‘pata’e buey’ para unas fiestas en Cartagena. Era un buen hombre”, recalcó.

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