Pablo Aguilar y agencias
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“La gente corría de un lado para otro sin saber adónde ir”.
Es el relato de uno de los supervivientes de la tragedia que hace un poco más de una semana acabó con la vida de 11 alpinistas en el K2, segunda montaña más alta del planeta con 8.611 metros de altura, situada en la frontera entre China y Pakistán.
El accidente del K2 se produjo después de que un grupo de entre 25 y 30 montañeros hubiera alcanzado la cima. Cuando iniciaron el descenso un gran pedazo de hielo cayó, mató a un expedicionario y rompió las cuerdas fijas, lo que les impidió a los demás seguir adelante cuando bajaban con seguridad y provocó que cayeran.
Wilco van Rooijen, alpinista holandés que escalaba la montaña, fue uno de los sobrevivientes.
Fue rescatado el lunes tras permanecer casi tres días en lo alto de la montaña sin comida y ni agua.
Desde el hospital militar, en Pakistán, donde se recupera de las lesiones sufridas por congelación en los pies, Van Rooijen relató el miércoles a la agencia de noticias Associated Press cómo sucedió el accidente.
“La situación era caótica, la gente corría de un lado para otro sin saber adónde ir. Cada uno luchaba por sí mismo. Todo quedó cubierto por la nieve, y apenas se veía algo”, narró.
El holandés cuenta cómo pasó al lado de tres coreanos, uno de ellos colgando boca abajo, otro sujetándole con una cuerda: “trataban de salvarse, pero yo también tenía que sobrevivir”, informó el sitio de noticias: soitu.es.
Tras deambular durante tres días entre la nieve, Van Rooijen fue rescatado finalmente por compañeros que le condujeron el lunes al campo 4, y después fue llevado en helicóptero hasta un hospital en Pakistán.
Infierno en la nieve
El italiano Marco Confortola, fue otro de los sobrevivientes y el último en ser rescatado.
Él había quedado aislado por la avalancha, consiguió llegar a salvo el martes hasta una altitud de unos 5.200 metros, gracias a la ayuda de dos guías.
“Allí arriba era un infierno”, le dijo Confortola a su hermano por teléfono, aún desde la montaña, indicó la agencia Ansa, antes de ser sacado de la montaña.
“Durante el descenso quedé medio inconsciente por la fatiga y por la altitud, y cuando desperté no sabía dónde estaba, pero estoy en el campo base y contento de haber salido con vida”, dijo.
El italiano solo sufrió graves congelaciones en los pies.
Cima difícil de conquistar
Alpinistas expertos advierten que el K2 es la montaña más difícil de escalar.
“Las dificultades técnicas, las condiciones meteorológicas adversas, exigen unos requisitos sólo aptos para los alpinistas de alta dificultad”, reseñó El País de España el lunes anterior.
Sitios Web especializados mencionan que su arquitectura afilada y forma de pirámide, con caras planas y aristas afiladas, la hacen una montaña difícil de escalar.
Desde la conquista de la cumbre del K2, en 1954, 269 hombres y nueve mujeres han alcanzado la cima. De ellos, 24 han muerto en el descenso.
La mayor tragedia en la montaña ocurrió en 1986, cuando fallecieron 13 alpinistas.
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