Domingo 10 de agosto de 2008, San José, Costa Rica
Nacionales | Así es la vida
Se encendió la llama de la esperanza

Mauricio Astorga
Actor

México, D.F. Comenzaron los Juegos Olímpicos Beijing 2008.

Por unos días nuestro mundo será mejor y palpitará con la emoción del deporte, dejando atrás las diferencias políticas o de religión. Las olimpíadas son el triunfo de la Humanidad.

Muestra de este sentimiento fue la majestuosa inauguración llena de instantes memorables, como la ovación con la que recibieron los chinos a la delegación de Taiwán a pesar de sus amplias diferencias políticas, o la entrada de la delegación de Palestina, país arrinconado por las grandes potencias, tomados de las manos y con los brazos en alto.

Emocionante fue también ver la ovación con que recibieron a la delegación de Iraq, tributo a Iraq, y sobre todo a la paz.

Y cómo no atesorar para siempre en la memoria la entrada de Yao Ming, abanderado de China, acompañado por un niño sobreviviente del terremoto de Sichuan, como símbolo de vida y esperanza, y, por supuesto, al mítico Li Ning volando por lo alto del estadio para encender el fuego olímpico.

Y en medio de todo esto, la bandera tica ondeando escoltada por nuestra pequeña delegación, todos con un sueño en el corazón. Solo los ticos sabemos cuánto les costó llegar hasta ahí a nuestros atletas. Salvo honrosas excepciones, sin más apoyo que el de sus familias y de su propia ilusión.

Para todos ellos los mejores deseos de que alcancen la anhelada gloria olímpica.

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