Esteban Rojas Sáurez
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Ocho familias que alquilaban unos apartamentos en Quesada Durán, Zapote, quedaron en la calle, luego de que la edificación colapsara al estar construida a la orilla del río María Aguilar.
“No sabemos adónde ir, la noche la pasamos afuera de la casa, los niños no han comido y nos dicen que iremos a un albergue”, relató ayer en la mañana Miguel Ángel Ampié.
Sonia López contó que pagaban entre ¢60 mil y ¢75 mil al mes por el alquiler de la vivienda.
La ministra de Salud, María Luisa Ávila, confirmó que son ocho los dueños de los apartamentos. “El año anterior se determinó la demolición de las casas debido a que se encuentran a menos de 50 metros del margen del citado río.
El Ministerio prepara una denuncia penal contra los ocho propietarios por poner en riego la vida de las personas y otra por desobediencia a la autoridad.
Los funcionarios de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) señalan que producto de las lluvias, el María Aguilar creció y socavó las bases de la construcción.
Wálter Fonseca, oficial de Operaciones, explicó que los apartamentos están sobre un relleno. “Estas casas hay que destruirlas”, afirmó. Datos de la CNE revelan que las viviendas fueron declaradas inhabitables desde setiembre del 2007.
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