Rodolfo MARTIN
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Esparza.- Puntarenas. - Una señora, del grupo de madres cuyos hijos fueron, al parecer, abusados y violados por un sujeto de apellido Alanís, se vio obligada a pedir vacaciones en su trabajo y sacar a su hijo del colegio para vigilarlo y protegerlo del supuesto depredador sexual.
Cuando el sospechoso, alias “Machín” fue detenido el lunes de la semana pasada, reaccionó con esperanza porque ahora sí iba a poder atender la recuperación física y sicológica de su hijo.
Sin embargo, 48 horas después de la captura, en barrio El Chagüite, de Puntarenas, recibió la primera de varias amenazas.
Le pedían a su hijo cambiar la versión dada en la denuncia.
Algo similar vivían otras tres madres, vecinas suyas y afectadas por los mismos hechos.
Las amenazas las hizo un allegado de Alanís, revelaron las señoras el jueves 7 de agosto durante una entrevista concedida al periódico Al Día.
El sospechoso, investigan las autoridades, habría abusado al menos de 10 niños, con edades entre los 10 y los 12 y años, confirmó Alberto Palma, subjefe de la delegación del OIJ de Puntarenas, donde hay siete denuncias formuladas.
Alanís, al parecer, localizaba a sus víctimas mediante la página “Hi5”, y luego las visitaba personalmente. Posteriormente, las seleccionaba para que ingresaran a una especie de “secta satánica”, trascendió.
Las madres y otros menores que tuvieron contacto con “Machín”, aseguran que el grupo aún funciona con el liderazgo de un allegado del sospechoso.
“Ellos se reúnen en una casa en el centro de Esparza, cerca del templo católico”, indicó un joven de unos 16 años.
“Él y otro amigo de Alanís siguen rodeados de niños que los miran como embobados”, aseveró otra muchacha.
Cuatro de las siete madres afectadas instaron al OIJ a investigar a todos los involucrados.
El miedo, entre ellas, es evidente, según lo comprobó Al Día.
Las señoras lloran y tiemblan cuando abordan el tema de las amenazas.
En el pueblo en donde ocurrieron los hechos, nadie sabe cómo apareció, ni cuándo.
Se cree que a finales de setiembre del año pasado, fue cuando el individuo dijo estar interesado en abrir una escuela de fútbol para, después, ofrecerles los jugadores a las ligas menores del Municipal Puntarenas.
El OIJ no tiene información del pasado inmediato de este hombre de 31 años, logró corroborar Palma.
Aparentemente, engañó a los niños con un discurso pensado y ensayado, que resultó creíble.
El individuo, preso en la cárcel de El Roble, se hacía llamar “Demone”, y afirmaba ser un hombre con poderes para llevar bienestar a los hogares y, eventualmente, curar enfermedades terminales en los padres y otros familiares de los niños, como los abuelos y hermanos.
Al inicio, les daba dinero a los infantes, pero luego se los exigía, según el OIJ.
Invitaba a los chiquitos a formar parte de una “secta satánica”, pero antes de ingresar debían pasar por un rito de “consagración”, ocasión que aprovechaba presuntamente, para cometer los abusos o las violaciones.
Los rituales se llevaban a cabo en sitios alejados, como en una explanada situada en lo alto de una pequeña loma en las afueras del pueblo, en varias quebradas, o incluso en las playas situadas detrás del hospital puntarenense.
En una ocasión, les manifestó que les traspasaría sus poderes.
“Esto, presuntamente, sucedería el viernes anterior (que coincidía con la fecha del 08-08-08)”, explicó una madre.
“Es algo infame y criminal”
“Lo que mi hijo vivió es algo infame y criminal. Sin embargo, lo que ahora me aterra más es desconocer cuáles serán las secuelas de todo esto”, manifestó la madre de uno de los niños que tuvo contacto con el presunto abusador.
“Yo no sé qué está sintiendo mi hijo ni cómo puedo ayudarlo”, expresó otra, llorando.
“Lo que uno siente es ira, impotencia, y todo lo que una mamá puede experimentar después de que su hijo fue usado para muchas cosas malas. Los menores se sienten avergonzados y los padres con muchísimo miedo por las amenazas que estamos recibiendo”, contó otra madre.
“Ahorita lo metemos a la cárcel y seguimos con todo lo que estamos haciendo. Pero ¿qué pasará con estos chiquitos?, ¿hasta qué punto va a llegar este daño?, ¿y las secuelas?”, cuestionó una de las progenitoras.
Una madre narró el jueves pasado que aún no sale del estupor que la embargó cuando vio en la página de “Machín” a su hijo de 10 años en calzoncillos. “Sentí tanto enojo que hoy, como en aquel momento, deseo tenerlo enfrente”, narró.
“Aunque al inicio, “Machín”, presuntamente, le daba dinero a los niños, luego los obligaba, al parecer, a robar cosas de sus casas para empeñarlas.
Una de sus víctimas debió desprenderse de su bicicleta; para justificarlo, les dijo a sus padres que se la habían robado en un asalto, según le confió a Al Día.
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