Por Isaac Lobo

La chica Hooters, Stephani Rojas, no sólo se prepara en el gimnasio para competir en el certamen internacional, sino que decidió aumentar su “pechonalidad”.

Esta pícara “lechucita” irá el 2 de julio a Miami, a competir en el certamen Chica Hooters International y sirvió en bandeja de plata las respuestas a las preguntas de los cibernautas de aldia.cr.

¿Cómo se prepara?

Ya se darán cuenta, estoy incapacitada... bueno, les voy a adelantar ¡me operé! Aumenté mi “pechonalidad”.

¿Por qué?

Ya venía con eso y quise aprovechar que iba a concursar a Miami y fue idea mía, no de mi jefe.

¿Fue un regalo suyo?

Me lo dio mi mamá.

¿Cuánto se puso?

Me puse 300 cc, ahora me veo y pienso que tal vez me habría puesto más.

¿Ha tenido que comprar ropa?

Tengo que comprarme.

¿Hasta cuándo piensa trabajar en Hooters?

Hasta que mis jefes me lo permitan, hasta que ellos me digan: “ya no la necesitamos más”. Estoy muy contenta.

¿Tiene visa?

Sí, sí tengo.

¿Cómo es usted?

Soy bien picante.

¿Cómo se siente en el uniforme?

Apenas entré, al principio era un poco incómodo porque el “short” me queda pequeño y se me ve un poco más atrás que las demás. Una se acostumbra.

¿Con qué duerme?

Con una camisa de tirantes y un “short”.

¿Algún cliente la ha tratado mal?

Mal no, pero sí me hablan con mucho doble sentido. Para que no sigan yo les digo que estoy casada, pero a más de uno no le importa. Me dicen “entonces salgamos callados, yo también soy casado”.

¿Sabe cocinar?

Sí, me la juego, hago mis cositas, las que sé hacer las hago ricas.

¿Trabajaría de salonera en otro restaurante?

Podría ser, sí, no veo nada de malo.

¿Saldría con un hombre casado?

No, aunque estuve a punto de hacerlo.