MSc. Margarita Murillo Gamboa
Terapeuta y consultora en temas de sexualidad
mmurillo@emailcr.com

Poder comprender, pero sobre todo percibir la sexualidad como una parte importante de nuestras vidas, es uno de los retos que todos deseamos, tanto para sí mismos como para que nuestros hijos lo vivan.

Para poder lograr esto, se debe tener claro que la misión de la sexualidad en la vida humana no es reproducirse. La reproducción es una de las funciones de la sexualidad, pero esta es opcional. Una bendición para unos y un caos para otros.

La sexualidad es esa energía que nos permite desarrollar la capacidad de vincularnos.

Es importante entender que la sexualidad es la energía más sutil y poderosa que normalmente se produce y conduce a través del organismo.

Debemos comprender que la energía sexual se manifiesta en forma de impulso, y que su función es estabilizar aquellos órganos que han sido alterados por efecto de las emociones. En otras palabras, el impulso es estimulado por las emociones. Esto implica que, si se educan las emociones, sobre todo en lo que respecta a su adecuada expresión, podríamos utilizar a plenitud la energía sexual y se convertiría en una fuente de salud.

Educar las emociones es parte clave y aspecto esencial en la educación sexual. Esta concepción permite entender y percibir, que el impulso no actúa por sí mismo, sino por influencia de las emociones. Responde a ellas.

Paralelo a esto, que le estamos mencionando, es importante hacer saber que el impulso sexual, requiere a su vez de dos instintos: El instinto de agresividad y el instinto de protección al desvalido – la ternura–.

El instinto de agresividad lo necesitamos para dar fuerza y expresión al impulso, pero si actúa sin el instinto de ternura, esta expresión se puede convertir en un acto de violencia.

Por eso es muy importante que si usted quiere vivir intensa y saludablemente su sexualidad, debe aprender a manejar sus emociones, percibir sus instintos y poder utilizarlos en conjunto.

Si desea hacer una prueba para descubrir en qué partes de su cuerpo se percibe la energía sexual, procure ver alguna película o video, o anuncio, en donde se pueda ver el dolor humano. Hago referencia a escenas en donde se active su sensibilidad, pero usted debe poner especial atención, a los lugares en donde su cuerpo reacciona ante esta situación.

Si usted es sensible, en teoría estaría activando el instinto de protección al desvalido – la ternura–. Por lo general usted va a percibir esto en su garganta (tendrá ganas de llorar), en su corazón, en su estómago, en su frente y en su cabeza. Pero cosa curiosa, usted probablemente no percibirá nada en sus genitales. Y destaco que si estuviéramos claros de la presencia del impulso en el cuerpo, deberíamos de haber sentido al menos una presión en los genitales.

Los genitales, al igual que el resto del cuerpo, están conectados con casi todos los órganos del cuerpo humano. Para cuando uno reacciona ante el dolor humano, deberíamos de percibirlos también en los genitales. Si esto no sucede, implica que ya tenemos el efecto de la cultura de querer hacernos creer que los genitales no tienen ninguna relación con las emociones.

Cuando esto sucede, repetimos la expresión de que somos capaces de estimular los genitales, sin ninguna conexión emocional. Esto es solo un resultado de la influencia de la cultura y ha logrado que vivamos nuestras prácticas sexuales sin ninguna relación con nuestras emociones, lo que desliga inmediatamente a nuestros valores. Los valores son las actitudes que permiten que la emoción pueda ser expresada de una manera saludable, efectiva, productiva y sin riesgo.

Terminamos retándolos a que puedan comenzar la aventura de vivir intensa, saludable y muy seguramente, su sexualidad. Utilicen sus impulsos, reconozcan sus emociones, hagan uso de sus valores para poder expresar adecuadamente sus emociones, y esto sin duda, les garantizará un mejor uso de la energía sexual.

Podrán cargarse con ella, podrán compartirla y utilizarla en espacios seguros, equitativos y placenteros.