Isaac Lobo
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Tibás. “Luna liberiana, luna para amar”...y los bellos de los brazos se empezaron a erizar... “misteriosas noches, que embriagan de amor”... y el corazón se aceleró. Plácido Domingo supo cómo llevar al éxtasis al público presente en su concierto.
Luego de su recital, dividido en dos partes, llegó una más...la de las sorpresas. Me atrevo a decir que la mejor, tomando en cuenta la respuesta de la gente que estuvo en el estadio Saprissa la noche del viernes. El recinto se vio a un 60 por ciento de su capacidad.
“Es un paraíso, que el Creador nos dio”, seguía la canción “Luna liberiana” y los ahí presentes se querían abrazar con el tenor. Por dicha estábamos en Costa Rica, porque a más de uno le abrían brotado las lágrimas... “De mujeres bellas, que saben amar”.
Plácido también hinchó el orgullo tico con el tema “Pasión” y se tuvo que poner los anteojos para ver como iba la letra.
Una vez concluido el concierto, fue recibido por políticos, periodistas y empresarios con un cóctel realizado en un salón construido debajo de la gradería oeste. No fue necesariamente el mejor lugar, pero al músico no pareció importarle, es demasiado humilde. Allí estuvo con don Óscar Arias y su novia, Giovanna Mendiola, René y Paula Picado, Pilar Cisneros, Francis Durman, Evita Arguedas, Gloria Calderón y la diputada Lorena Vázquez.
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