Neyssa Calvo Achoy

Tiene casi nueve años de aparecer en la pantalla chica, ocho de ellos, una o dos veces a la semana en VM Latino.

Un espacio que le ha permitido meterse cada día más en el mundo farandulero. Además de ganar amigos, hasta le han salido “novios”. En una oportunidad, se llevó un buen susto, pues un admirador secreto la seguía y llamaba por teléfono. Afortunamente, no pasó de ahí.

Desde las seis y hasta las ocho de la noche, por lo general, los miércoles, la vemos sonriente frente a la cámara y atendiendo las complacencias de los televidentes.

“Ponemos los videos que nos solicitan y damos noticias del espectáculo”, comentó está josefina.

Ella ha vivido junto a sus padres, Sara y Víctor, y sus tres hermanos en barrio Bolívar, en San José.

De pequeña iba con su mochila en mano a la escuela Juan Rafael Mora y más tarde al Liceo Luis Dobles Segreda, en La Sabana.

También recuerda que acompañaba a su papá al cementerio a enchapar en mármol las bóvedas de los difuntos. La familia aún tiene una marmolería heredada de su abuelito Edwin Villalta.

Al preguntarle cómo fue su infancia, no duda en afirmar que “fue muy feliz. Mi familia siempre ha sido muy unida y tengo presente los paseos a Tárcoles y a la playa”.

Cindy asegura que chiquitilla fue muy traviesa, incluso en una Navidad se trajo el arbolito abajo por tratar de alcanzar los adornos.

Si algo no ha perdido, en 28 años de vida esta atractiva rubia, es ser extremadamente coqueta, pues desde pequeña busca los espejos.

Por su trabajo y porque le gusta verse y sentirse bonita, Cindy suele chinearse. Al menos cada mes arregla su cabello con algún tratamiento o se retoca el color de sus colochos. En su época de colegio, esta simpática chica tenía el pelo oscuro y según cuenta, además era muy tímida. ¿Se la imagina?

Eso sí, siempre ha sido de contextura muy delgada e incluso hay quienes han dicho que tiene desórdenes alimenticios. Lo que niega.

Cuenta Cindy que en las reuniones de exalumnos del “cole” le dicen que no es la misma de antes.

“Me daba mucha vergüenza hablar en público. En las exposiciones me ponía roja, roja”, recuerda Cindy.

¿Cómo lo superó? Aún no lo sabe, pero la confianza a la hora de hablar, increíble, se lo da la cámara.

No en vano son años de aparecer frente al lente.

“Lo que hago es respirar profundo y darme unos minutos antes de salir al aire para estar tranquila”, agrega Villalta.

Su primera experiencia en la “tele” fue con el animador Rooper Alvarado en el programa de concursos “Tiempo para jugar” que se transmitía todos los domingos por canal 2, en 1999.

A los dos meses pasó a “La rueda de la fortuna”, donde estuvo un año y después en VM Latino hasta la fecha.

Para Cindy, la televisión se ha convertido en su segunda familia, pues guarda especial cariño por la gente que trabaja en el canal. Por ese motivo, no se ve fuera de la pantalla aunque tiene otro trabajo durante el día en el área de mercadeo para S.C. Producciones de Eventos.

Un puesto que va acorde con su formación universitaria como bachiller en Administración Hotelera y una licenciatura en Mercadeo.

Básicamente, tiene a su cargo la cuenta de la Coca Cola, y por ello debe estar en constante movimiento planeando campañas o giras promocionales por el país.

A pesar de sus ocupaciones, Cindy no le niega un saludo a nadie. “Me han dicho que me veo odiosa, pero soy seria nada más”, sonríe.

Recuerdos de Cindy

Playa “seca”

En la adolescencia, se bronceaba en el cementerio cuando acompañaba a su papá a enchapar en mármol.

Buena alumna

El estudio nunca le resultó difícil. Su papá le daba ¢20 por cada nota de 100. Le salió caro porque Cindy era de 100 corrido.

Pendiente

Siente que tiene facilidad para dibujar y le gustaría recibir clases de pintura. Además, la relaja.

Saludable

Hace ejercicios para tonificar piernas y glúteos.

Sueño

Le gustaría tener su propio programa de televisión. Algo así como una revista con noticias de espectáculos.

Proyecto

Trabaja en una nueva sección con Bernardo Romano, en VM Latino.