Edgar Fonseca

Cubierta a diario por basura. Por la inseguridad. Por los huecos.

Y por un sofocante desmadre vial; reina el caos en el tránsito y paradas de buses en el corazón josefino.

La capital, de la que hubo una vez en su historia un plan de rescate, tiende a empeorar en su estado de cosas.

¿Y el alcalde? Lo vemos ocupado forcejeando por puestos en una próxima papeleta y en un próximo gabinete.

Don Johnny necesita reencontrar su propuesta de salvamento de la ciudad cabecera del país.

Requiere sumar voluntades, esfuerzos y recursos institucionales, públicos y privados.

Si se trata de vender la capital al turismo, nuestra primera fuente de divisas, lo que hoy se ofrece da pena.

El visitante sale espantado de una ciudad mugrienta, abandonada, en muchos de cuyos recodos el temor acecha a sus habitantes y transeúntes.

Ni qué decir de la sobrevivencia de las decenas de miles de ciudadanos que la ocupan a diario para trabajar, estudiar, movilizarse, hacer negocios o tramitar servicios.

Impulsar una iniciativa que la modernice, que dé calidad de vida a todos, es el mayor reto a la gestión de la alcaldía josefina, no empantanarse en episodios electoreros.

Punto final- “Mel” Zelaya no estaba muerto… andaba de parranda en México donde se vieron en la penosa decisión de sacarlo por la puerta trasera dada las tonteras que se dejó decir. ¡Válganos Dios!