Hugo Solano
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El martes que viene a las 8:30 a.m., el abogado Andrés Pérez González cerrará el ciclo de conclusiones en el jucio que se sigue a cuatro karatecas acusados de violar a una joven en una fiesta de “barra libre” en Santa Ana, en diciembre del 2004.

Pérez defiende al principal imputado, de apellido Alvarado y conocido como “Gato”.

Alejandro Marín, defensor del acusado de apellido Espinoza, conocido como “Checho”, pidió ayer la absolutoria de su cliente y lo mismo hizo el abogado Gustavo Corella, defensor de Luque, conocido como “Coco”.

Entre los argumentos de Marín está una serie de lo que llamó “contraindicios”; es decir, declaraciones de testigos que le quitan la fuerza probatoria a lo que dijo la ofendida.

Insistió en que las pruebas forenses, en este caso, no son indicios precisos porque los mismos médicos admiten que los rasgos son compatibles con hechos distintos al que se acusa.

Presentaron la foto tomada por los forenses a la ofendida en la que no se ven rasguños ni moretes.

Corella citó más de 15 aspectos que no pudieron ser probados en el juicio y, de hecho, dijo que la misma Fiscalía pidió la absolutoria para su defendido.