Patricia Recio
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Limón. - Aquí sabe a “patí”, huele a aceite de coco y suena a calipso .

Quienes lo viven a diario tal vez no se dan cuenta, pero aquí se respira la alegría de un pueblo que en sus venas lleva el sabor y, a la vez, la nostalgia en cada esquina por los muchos males que amenazan la identidad de esta población.

Mañana se celebra el Día del Negro, pero desde el 1.° iniciaron las festividades.

En el mar de dificultades que hoy vive el puerto, centro de la mayor operación portuaria del país, durante un mes su gente trata de dejar de lado preocupaciones para dar espacio a celebrar eventos sociales y culturales.

El escritor Quince Duncan explicó que el Día del Negro, fue tomado del día de la emancipación de los esclavos de Jamaica.

Este día se estableció durante la “Declaración sobre los Derechos de los Negros” en la “Primera Convención Internacional sobre la Situación de los Negros", en Nueva York, en 1920.

Según Duncan el artículo 53 de la declaratoria dice que “proclamamos el 31 de agosto de cada año como una fiesta internacional que debe ser observada por todos los negros”.

Limón respira tradiciones. Una de las más típicas son los velorios y funerales. “La muerte no es una pérdida sino un cambio de estado. Si alguien se va no decimos que murió sino que inició su viaje”, explica Leroy Barton, un educador informal. Eso justifica que en esos actos en lugar del dolor y el silencio reinen las muestras de solidaridad, juegos de “dominó”, cánticos y deliciosos platillos como el “patí”, el “pan bon”, “plantin tart” o “rice and beans” típicos de esta cultura.

Para conocer de esto, una visita a la soda “El Patty” es obligatoria, el jueves pasado el plato del día era el “Bochinche” un casado a base de macarrones, pero con el “patí” de protagonista.

La vestimenta es otro de los legados, que más se ha perdido si bien el ritual de ir a la iglesia de traje se mantiene en algunas familias, las influencias modernas enterraron los coloridos vestidos que acostumbraban usar.

Hace más de 500 años, los afrodescendientes llegaron a Puerto Limón. Años después se libraron de la esclavitud y hoy luchan por mantener su identidad. Esperan que ni la violencia ni otras culturas acaben con su legado.

A celebrar

30 de agosto

Concierto de la Banda Nacional de Limón en la iglesia católica de Siquirres, a partir de las 2 p.m.

30 de agosto

Encuentro Multicultural del Gran Caribe, con la participación del Ballet Nacional Folclórico de Honduras, artistas limonenses, danza y “reggae” en vivo, en Restaurante Reina’s, en Playa Bonita.

31 de agosto

Festival Flores de la Diáspora Africana, con presentaciones culturales en el Teatro Eugene O’Neill, del Centro Cultural Costarricense Norteamericano a las 7 p. m.

31 de agosto

Día del Negro y la Cultura Afrocostarricense “Fraternal Gathering Celebration”, en el Black Star Line de 10 a.m. a 1 p.m.

31 de agosto

Gala Parade, desfile de gala que recorre las principales calles de la ciudad de Limón, inicia a las 3 p.m.

En Cahuita es parada obligatoria visitar a don Walter Ferguson, el conocido Rey del calipso en nuestro país.

Amante del sabor y el ritmo que corre por sus venas desde que era un niño, Ferguson llevó el calipso a lo largo del país y sus enseñanzas trascendieron más allá de nuestras fronteras.

A sus 89 años ya no puede hacer lo que más le gusta; las dolencias de sus manos le impiden tocar la guitarra y de su voz ya no salen las notas que conquistaron a los amantes de este popular ritmo.

“Teníamos un conjunto que se llamaba Los Miserables, en los años 50. Con ellos anduvimos por muchas partes del país tocando calipso”, recuerda lleno de nostalgia, en el restaurante de su familia.

Nuevos tonos y ritmos dentro de este género son parte del aporte que Ferguson le ha dado a la cultura afrocaribeña y espera que su legado no acabe.

La primera iglesia Bautista en Limón es el símbolo de la creencia en este puerto.

En 1887, procedente de Jamaica, y en busca de “recoger” a su rebaño, Joshua Heath Sobey creó la I Iglesia Bautista, en donde los trabajadores del ferrocarril procedentes en su mayoría de Jamaica pudieran congregarse.

Marlene Dell, actualmente es la pastora de la iglesia y asegura que luchar contra violencia es como pelear contra un germen. “La verdadera infección está en los hogares”.

Y es que en Limón el papel de la iglesia ha sido fundamental a lo largo de la historia en la lucha por preservar las costumbres y valores a través de las generaciones, ya que durante años cumplió una función además de religiosa, educativa.

Es por esto que gran parte de la problemática que consume a esta provincia, se la achacan al alejamiento de las familias de la iglesia.

Visitar Limón sin recorrer su bulevar no es visita. Ahí en el corazón de la ciudad, un grupo de jóvenes artistas plasma en lienzos los reflejos del sabor afrocaribeño y las bellezas de esta provincia.

Ellos son alumnos de Ricardo “Negrín” Rodríguez conocido en la provincia por la belleza de sus obras. Aunque ya no pinta, sus discípulos siguen con orgullo sus pasos.

Germán Mora, Virginia Araya y Onorio Cabrera son testimonio vivo de todas sus enseñanzas.