Washington/DPA.- Barack Obama realizó ayer un viaje en tren cargado de simbolismo e historia, desde Filadelfia hasta Washington, como preludio a los festejos que culminarán el martes cuando jure el cargo como el presidente número 44 en la historia de Estados Unidos.
Siguiendo los pasos de Abraham Lincoln, Obama partió desde Filadelfia y recogió a su vicepresidente, Joe Biden, en Wilmington, en el estado de Delaware, con una última parada en Baltimore (Maryland), antes de llegar a la capital del país.
Fue un baño de multitudes itinerante para Obama. En la plaza principal de Baltimore, según la policía, se congregaron unas 40.000 personas y en Wilmingon fueron casi 8.000. Allá donde se detuvo el tren o donde simplemente ralentizó su marcha, las masas se agolparon para ver y, en la medida de lo posible, escuchar al que será el primer presidente negro en la historia del país.
Fue el aperitivo de lo que se aguarda en Washington en los próximos días. Los fastos comenzarán hoy con un concierto que se espera sea masivo ante el Monumento a Lincoln, en el que actuarán artistas de la talla de Bruce Springsteen, U2 y Shakira, entre otros.
El lunes, el día de Martin Luther King, Obama promocionará el trabajo comunitario, como él empezó su carrera. Y el martes llegará el gran día, con la jura del cargo en las escaleras del Capitolio y el desfile hasta la Casa Blanca.
El viaje en tren resultó todo un éxito, y Obama no decepcionó a sus fieles con tres discursos distintos pero que compartieron dos líneas generales fundamentales: una promesa de ilusión y un llamamiento a la unidad para afrontar los problemas que hay por delante.
"Construyamos un gobierno que sea responsable ante la gente, y aceptemos nuestras propias responsabilidades como ciudadanos para exigir a nuestro Gobierno. Pongamos todos de nuestra parte para reconstruir este país. Asegurémosnos de que esta elección no es el final de lo que hacemos para cambiar Estdos Unidos, sino el principio", dijo.
El viaje en tren es de apenas 220 kilómetros, pero la lenta velocidad del vehículo, las paradas y los discursos lo extendieron por casi todo el día. Como un niño, una de las cosas que más disfrutó Obama fue hacer sonar la bocina del tren. "Tiene que probar esto", le dijo en un momento a Matt Kuntz, uno de los ciudadanos que lo acompañaron en el tren. "Uno nunca es demasiado mayor para sonar la bocina. Se tira y... chu, chu!", afirmó entre carcajadas.
© 2009. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.