Edgar Fonseca, director de Al Día
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Tierras agrietadas, montes desprendidos, casas sepultadas, vías y puentes colapsados; fábricas, hoteles, fincas y lecherías arrasados. Muerte y desolación.

Impotencia ante el cataclismo. El terremoto de la 1:21 p.m. del jueves 8 de enero, con epicentro en Cinchona de Sarapiquí, Alajuela, laceró la zona circundante del volcán Poás; laceró, también, el sentimiento nacional.

Apenas balbuceando el nuevo año, el sismo más destructor, en tiempos recientes en el país, castigó con furia una zona espectacular en riqueza natural y productiva.

Al pánico inicial en la capital, siguieron temidas escenas de destrucción. Poasito, Fraijanes, Varablanca, Cariblanco, desgarrados; Cinchona, borrada del mapa.

Un día antes, había temblado. Se sintió en la zona y en el Valle Central, pero el país jamás imaginó lo que le aguardaba.

25 muertos, al menos 5 desaparecidos, 500 casas inhabitables, 2.000 damnificados, kilómetros de vías destruidas, $100 millones en pérdidas, cifras que, quizá, nunca alcanzarán para asimilar la peor tragedia reciente.

Pero, en medio de tanto dolor, los ticos están volcados en generosa muestra de solidaridad y amor con sus hermanos.

El presente especial gráfico de Al Día, coordinado por los periodistas Alexander Aguilar y Alejandro Arley, resume algunas de las más impactantes escenas captadas por nuestros reporteros, fotógrafos y corresponsales en la zona del desastre.

Dejamos, así, constancia informativa inmediata no solo de un golpe destructor y el drama del rescate, sino también del fervoroso vuelco de solidaridad y apoyo que hoy se transpira en todo el país.

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