Erick Carvajal M.
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Mil réplicas superiores a los 2,5 grados en la escala Richter se han sentido después del terremoto, indicó ayer Juan Segura, director del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori).

Segura explicó que la cifra puede ser más alta, si se suman los temblores menores a los 2,5 grados, cantidad hasta ahora no cuantificada.

El Director del Ovsicori señaló que la actividad es totalmente normal después de un terremoto. “Es lo que se llama un enjambre sísmico”, dijo Segura.

Incluso ayer, se registró en la zona un temblor de 2,8 grados, a las 11:54 a.m.

Continuarán

¿Cuando dejará de temblar?, es una pregunta sin respuesta, afirmó Segura.

Puso como ejemplo el terremoto ocurrido el 3 de julio de 1983, en Pérez Zeledón, con una magnitud de 6,1 grados.

“Imagínese que 26 años después, todavía hay actividad sísmica en el Valle de El General (San Isidro). Así que es difícil establecer una fecha en la que deje de temblar en Cinchona y Varablanca”, comentó.

El sismo del 8 de enero pasado tuvo una magnitud de 6,2 grados en la escala Richter, con epicentro en Cinchona de Sarapiquí, Alajuela, 10 kilómetros al este del volcán Poás.

Una falla se activó el martes pasado en la comunidad de Bajo del Toro, donde se registraron varios temblores; el más fuerte fue de 4,3 grados.

Segura dejó claro que ellos no esperan otro terremoto proveniente de la falla de Cinchona; sin embargo, no descarta que ocurra otro evento de similar magnitud en alguna de las fallas cercanas a esta. Comentó que en este momento la falla del terremoto está en un periodo de relajamiento.