MSc. Margarita Murillo Gamboa
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Quiero traer a colación la situación de tensión, dolor e incertidumbre, con la tragedia del terremoto en Cinchona, para comentar y fortalecer algunas preguntas que me han hecho.
Las personas que han estado colaborando en los refugios, se han encontrado con la queja de que la gente ahí está teniendo relaciones sexuales. Esto lo manifiestan con preocupación y me han dicho: “¿Qué hacemos?, venga hábleles de valores”.
En muchas ocasiones les he compartido que el impulso sexual es un estabilizador de las emociones. Sin duda alguna, el deseo sexual puede aumentarse en algunas personas (hombres y mujeres), dado que ante el contacto sexual, sentirán un pequeño “alivio”, un sentido de seguridad, se sentirán amados (as). Es un pequeño espacio de “amor” para algunos (as), ante una escena de mucho dolor. Es como aprovechar el último espacio o tiempo.
Esto delante de los ojos de la cultura, será visto con malos ojos, pues los encuentros coitales, se verán como algo sucio, que no es una “necesidad” en el ser humano, que se puede prescindir. En realidad, la sexualidad y el acto coital, en específico, es la única manera que tenemos los seres humanos para sentir el vínculo afectivo de unos con otros. Se puede expresar por medio de las relaciones coitales, o por medio de conversaciones, caricias, cariño, pero sin duda, se debe y se necesita expresar. Algunos con más intensidad que otros, dependiendo de su situación emocional.
En Cinchona y en cualquier lugar del mundo donde haya angustia y tensión, se puede llegar a recurrir al acto coital, como un medio inmediato de búsqueda de “protección, seguridad”.
El inconveniente está en que las personas que asisten la emergencia, solo piensan en las necesidades básicas, como comer, dormir, agua. No se habla de lo que pasa emocionalmente con cada persona.
No se ofrecen espacios donde puedan estar los esposos, eso es mucho pedir, y tienen razón. Sin duda se necesita de un refugio silencioso, donde dos cuerpos sensibles puedan volver a encontrar la seguridad del ser amado.
Consulta
Me encontré a mi esposo viendo pornografía y masturbándose. Me siento muy frustrada. ¿Es eso bueno o no?
Ver pornografía es estimulado por la cultura que busca generar "placer de forma violenta". El problema estaría en que su pareja desee practicar con usted lo que está viendo, y que usted no esté de acuerdo y ceda. El impacto que produce una película de estas en la pareja, es que se tiende a tener relaciones coitales con mucho deseo porque el otro me haga lo que veo. El problema surgiría si, como pareja, no tienen una buena comunicación y usan la pornografía como alternativa cuando no hay una respuesta sexual que se desea.
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