Milton Montenegro
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La atención estaba sobre ellos. Lo que hicieran en la cancha podía marcar diferencia y al final el pulso lo ganó Diego Forlán.

Con su fútbol, experiencia y categoría que ha exhibido en Europa, Forlán se encargó llevar el control del partido para su equipo. El atacante no solo trata de crear peligro en el área, sino que abre espacios, pide la pelota, baja a colaborar en defensa y con su control del balón, intenta eliminar la presión cuando el rival aprieta.

Por su parte, Bryan Ruiz se esforzó, fue uno de los puntos altos de la Tricolor, pero como le ha sucedido en otros choques, debe luchar solo ante el mundo.

A Ruiz le faltó compañía, intentó mostrándose por el centro y las bandas, pero no tuvo ocasión de inquietar al arquero rival.

“Todavía quedan 90 minutos. Aún se puede empatar, emparejar la serie”, dijo Bryan.

Forlán supo manejar los tiempos y por eso no extraña que sus compañeros lo busquen tanto.

Cuando Uruguay inicia el ataque, por lo general el balón pasa por los pies de Forlán.

El charrúa salió airoso, tuvo un par de ocasiones para concretar y en el segundo tiempo, en el mano a mano le ganó a Umaña.