Isaac Lobo
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Con la guitarra en su estuche y la música con el volumen más bajo, Bernal Villegas decidió abrir el pentagrama de su vida y mostrar lo que hay después de que se apagan las luces del escenario y todo se desconecta.
Se confesó pintor autodidacta, mal cocinero, un padre comunicativo y aún sin su media naranja.
Como se dice popularmente: Bernal cantó, pero sin guitarra.
De no haber sido músico, ¿qué habría sido?
Arquitecto o ciclista. La arquitectura es propicia para el razonamiento cerebral y creativo.
¿Dibuja?
Sí, pero soy totalmente empírico. Me fascina dibujar con lápiz, el cuello, caras, hombros y caderas. De paso los complemento con algunas frases.
¿Qué profesión no le gustaría desempeñar?
La de abogado. No sé como hacen para vivir tranquilos atendiendo los problemas de los demás. Yo tengo uno muy bueno, pero no estoy hecho para trabajar en ambientes conflictivos y hostiles.
¿Para usted que es correr?
Para mí es una de las principales fuentes de energía. No la pierdo, más bien de ahí la obtengo. Corro todos los días 40 minutos. Muchos dicen que es como una adicción.
¿Ha competido en carreras?
Sí, de 12 kilómetros. Son muy bonitas porque uno conoce gente muy diversa, desde señores en sillas de ruedas, con niños en coches y otros vestidos de indios.
¿Está enamorado?
No. No se han alineado los planetas para que eso suceda.
¿Es muy exigente?
No quiero parecer pedante y decir que soy exigente, pero pienso que uno debe echar cabeza a las cosas del corazón, así no se cometen errores. No quiero hacerle daño a nadie, pero la indicada debe de tener un perfil compatible. Una chica de 26 anda buscando fiesta y una de 33 quiere ser mamá y yo no, porque mis hijos ya están grandes.
¿Se volvería a casar?
No es necesario, para asuntos legales a lo mejor sí. Me gustaría compartir con alguien y no necesariamente vivir con ella. Hay que tener cuidado porque las mujeres son como una gotita de veneno de serpiente, en un dos por tres te invadieron completamente.
¿Con quién del medio no hace clic?
Me llevo con todos los roqueros, aunque no esté de acuerdo con filosofías de su trabajo. Con “Pato” Barraza me llevo excelente, pero no me vería con él haciendo un disco. Con quien no comulgo es con los políticos mediocres.
¿Qué tal le va en las labores domésticas?
Trato de ser práctico, pero no me gusta la suciedad. En mi casa no hay platos sucios y yo me lavo la ropa.
¿Sabe cocinar?
Muy poco. Como mucho afuera.
¿Cómo papá?
Yo soy un papá comunicativo, trato de que cualquier cosa que moleste se aclare rápido. Mi hija Mariela tiene 22 años y mi hijo Gabriel casi 18.
¿Y como profesor?
Soy muy bueno. Necesito trabajar con los adolescentes, me reta enseñarles porque debo tener una respuesta para todo, si no la tengo hay que investigarla. Ellos son la guía que me retroalimenta.
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