Fernando Araya
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Tíbas -. Las lluvias continuas durante todo el día provocaron que la afición estuviera apagada para el penúltimo juego de la hexagonal.
Al estadio sólo acudió el verdadero fiebre de la Tricolor, ese que en verdad cumple con la frase “hasta la muerte con la Sele”.
Durante el partido muchos asientos vacíos reflejaron el ambiente frío, que se notó desde que se abrieron las puertas del estadio a eso de las 4 p.m., escena que jamás habríamos imaginado en la disputa del boleto al Mundial.
En un recorrido hecho por Al Día, muchos comerciantes confesaron mantener esperanza a que el ambiente calentara un poco tras el buen juego de la Juvenil . Sin embargo, esto nunca sucedió, por lo que la carne en las parrillas, camisas y gorros de la Tricolor se quedaron esperando por esa carismática afición que estuvo presente en los otros juegos.
“Estoy desde las 7 a.m. y el ambiente no ha calentado nada. Si no se vende, no sacamos ni para las cáscaras de las papas”, declaró Raúl Tellez desde su improvisada tiendita de camisas.
Por su parte, los bares cercanos (esos que en otros partidos no cabe ni un alfiler) estuvieron vaciós. “Esto se compara con un juego entre Saprissa y la UCR”, afirmó Álvaro Mata, dueño del bar Mata y su Taberna.
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