Neyssa Calvo Achoy
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Si algo tiene esta sensual rubia que ha conquistado las tierras catrachas, es mucha energía.
Desde muy pequeña la turrialbeña Gladys Salazar aprovecha al máximo su tiempo libre y las oportunidades que tocan a su puerta.
Así fue como de la noche a la mañana se encontró viviendo en Honduras y siendo parte del programa de entretenimiento “A Toda Máquina”.
Un ofrecimiento que le cayó como caído del cielo porque recién le habían informado que no sería contratada para continuar en el espacio “Con Buena Onda” en suelo guatemalteco. Eso sucedió a principios del 2008.
Ya tiene más de año y medio de estar en Honduras e incluso le ha tocado vivir de cerca la convulsión política en ese país.
“El toque de queda me ha afectado principalmente por la universidad, porque se cancelaron varias clases, pero en el trabajo sólo se han perdido algunos días”, comentó.
También le ha tocado hacer fila hasta cuatro horas en el supermercado y dos horas en la gasolinera, porque la gente entró en caos después de casi dos días de estar en toque de queda, señaló.
¿Le costó acoplarse al nuevo estilo de vida? “Sí”, no dudó en responder, pero el positivismo que suele acompañarla la lleva a pensar que “esos cambios de vida son como volver a vivir. Es decir, encuentras nuevos amigos, nuevos lugares, costumbres y te enriqueces como persona”, aseguró.
Su forma de ver la vida con simpleza y gratitud sin duda son el resultado de haber luchado junto a su padre para vencer un cáncer, cuando ella apenas tenía 16 años.
“Soy otra persona desde entonces. Valoro la vida y la familia. Fueron momentos muy difíciles, pero a Dios gracias podemos decir que papá es un sobreviviente”, recordó con emoción.
Esta emprendedora mujer creció respirando el aire fresco del campo, entre vacas y caballos.
En la escuela fue muy aplicada y le encantaba desfilar como abanderada o bastonera. Además, uno de sus pasatiempos siempre fue pintar y dibujar caricaturas.
Gladys además de su trabajo como bailarina en el programa televisivo, sigue su consigna de no desperdiciar ni un segundo de su vida. Estudia la carrera de Comunicación y Publicidad en la Universidad de San Pedro Sula.
“Me va muy bien, tengo buenas notas y soy parte de la junta directiva de estudiantes. Soy vocera de una campaña ambiental dentro de la universidad”, acotó.
Sin olvidar que tiene congelada la carrera de Odontología en la Universidad de Costa Rica hasta que regrese a Tiquicia.
En un futuro no muy lejano le gustaría ejercer ambas y a lo mejor trabajar en publicidad para una marca odontológica.
En Honduras, Gladys comparte su hogar con Nina, una perrita que según cuenta está lista para trabajar en un circo porque le ha enseñado como 15 trucos.
Su tiempo libre lo comparte con su novio Santiago Prahl, un guatemalteco que conoció en un concierto de Ricardo Arjona.
Y todo parece que la relación va viento en popa aunque por ahora no piensan en matrimonio.
A pesar de su éxito en el trabajo y las mieles del amor, la modelo extraña la familia, ir al estadio para ver a a la Liga Deportiva Alajuelense, tomarse un fresquito de cas, comer pejibayes y probar la crema de ayote que hacen en su casa.
Y es que no deberá esperar mucho tiempo porque planea regresar en diciembre. Eso sí, traerá a su chineada Nina y su novio la alcanzará en unos siete meses, cuando terminé su maestría.
Quiere volver sabiendo que dejó una cultura de reciclaje y preservación del ambiente en la universidad y satisfecha de su labor cumplida.
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