Ciudad del Vaticano/ AP. - El Papa Benedicto XVI canonizó ayer a cinco nuevos santos, entre ellos dos españoles, calificándolos como modelos de perfección por dedicar su vida a sacrificarse por el bienestar de otros.
Entre los miles de peregrinos que abarrotaron la basílica de San Pedro estaba Audrey Toguchi, una habitante de Hawai de 80 años cuya recuperación de cáncer de pulmón hace una década fue descrita como milagrosa por el Vaticano.
Toguchi le había rezado a Jozef De Veuster, más conocido como el padre Damián, un sacerdote que ayudó a los leprosos de la isla de Molokai en 1889 y quien murió precisamente de lepra. De Veuster fue uno de los cinco canonizados por su Santidad.
Durante la ceremonia de más de dos horas, Toguchi y su médico, Walter Chang, se unieron a una procesión de feligreses que llevaron reliquias de los nuevos santos al Papa en el altar del centro de la Basílica.
Benedicto XVI alabó la labor misionera de Damián por ayudar a los leprosos abandonados.
El Papa canonizó también a dos españoles: Francisco Coll y Guitart y Rafael Arniaz Baron. Guitart fundó una orden de los dominicos en el siglo XIX y Baron renunció a una vida cómoda para dedicarse a vivir humildemente rezando en un monasterio.
Zygmunt Szcezesny Felinski, un obispo polaco del siglo XIX, fue otro de los canonizados. Felinski defendió la fe católica y el quinto santo fue Jeanne Jugan, una francesa que se hizo llamar Marie de la Croix y que ayudó a fundar las Pequeñas Hermanas de los Pobres, que ayuda indigentes.
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