Barcelona, España/DPA.- Las fotos no podían ser más explícitas: prostitutas teniendo sexo con sus clientes en pleno centro de Barcelona, entre las columnas del mercado de La Boquería y a escasos metros de La Rambla, el paseo más turístico de la segunda ciudad más grande de España.

Las imágenes, tomadas de madrugada por el diario “El País”, retratan un problema que no es nuevo. Pero, quizás precisamente por su crudeza, originaron una tormenta no sólo en Barcelona sino también en el resto del país.

La reacción de las autoridades locales, acusadas desde hace tiempo de pasividad, esta vez no se hizo esperar: hasta altas horas de la madrugada de ayer, la Policía y la Guardia Urbana de Barcelona desplegaron un operativo especial que, al menos durante algunas horas, hizo desaparecer el sexo de pago de las calles.

Muchas de las meretrices que ofrecen sus servicios son inmigrantes africanas indocumentadas y explotadas por redes criminales. Según “El País”, el Departamento de Interior de Barcelona y el Gobierno catalán quieren alargar el dispositivo durante una buena temporada.

Las multas económicas previstas por ofrecer o pedir sexo en la calle oscilan entre los $420 y $1.050. Sin embargo, ello no ha evitado que el número de prostitutas calculadas en Barcelona, incluyendo aquellas que ofrecen sus servicios en burdeles, ascendiera a unas 20.000.