Hugo Solano
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San José - Ayer surgieron más revelaciones en el juicio contra los sospechosos de violar a las hermanas Arelis y Yerlin Marín, asesinar a esta última, e intentar matar a su amiga Angie Peraza.
Un oficial del OIJ de apellido Sequeira, que ahora es fiscal, narró cómo los tipos, con astucia, trataron de borrar toda huella.
En la casa en Barranca de Puntarenas, donde, presuntamente, escondieron el carro usado en el crimen, habían dos cocheras. El sospechoso, de apellido Mena, prefirió parquearlo en la más incómoda y salirse por la joroba, ya que así el carro quedaba oculto.
Otro aspecto relevante es que el rastreo de llamadas de ese día, ubica a los dos sospechosos en Puntarenas, y el Nissan Sentra gris que recogió a Mena, era el usado por el acusado de apellido Mora, quien, al parecer, lo trajo de regreso. Una bala que dispararon a Angie Peraza, coincide con el arma calibre 38 encontrada en la casa de la novia de Mora.
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