Varsovia/ DPA.- Polonia seguía llorando ayer a su presidente, Lech Kaczynski, cuyos restos mortales llegaron a su ciudad natal, Varsovia, un día después del accidente de avión en el oeste de Rusia que cobró la vida de otras 95 personas.
Miles de polacos se congregaron en las calles, aplaudiendo y lanzando flores al paso del automóvil negro que transportó el féretro -envuelto en la bandera nacional blanca y roja- con el cuerpo de Kaczynski desde el aeropuerto de la capital hasta el palacio presidencial, en cuya capilla fue depositado.
Ayer, sólo la familia accedió a la capilla. Hoy se permitirá que el pueblo se despida de su mandatario en homenaje especial y se celebrará un funeral de Estado que se realizará hoy.
Los restos de Kaczynski fueron recibidos en el aeropuerto militar por el primer ministro Donald Tusk, el presidente interino Bronislaw Komorowski y el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek.
También estaba presente el hermano gemelo del mandatario y exprimer ministro, Jaroslaw, quien junto a la hija del presidente, Marta, se arrodilló frente al ataúd, permaneciendo en silencio algunos minutos. Jaroslaw identificó el cadáver de su hermano este sábado.
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, había despedido el féretro en Smolensk, la localidad donde se produjo el siniestro, en una ceremonia donde se tocaron los himnos de ambos países. El sarcófago fue cubierto por la bandera polaca y subido a un avión por soldados rusos.
Putin dirige una comisión para esclarecer la catástrofe aérea. “La grabación que disponemos confirma que no hubo problemas técnicos en el avión”, declaró Alexandre Bastrykin en una reunión con el primer ministro ruso.
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