Lunes 12 de abril de 2010, San José, Costa Rica
Sucesos | En Corredores, Puntarenas
Panameño fallece en una confusa balacera
Un hombre que estuvo cinco meses secuestrado, aparece implicado
  • AlDia.cr
    Los esfuerzos por sacarlo del paro cardiorrespiratorio fueron insuficientes. Freddy Parrales.
  • AlDia.cr
    El vehículo robado apareció ayer en Cuervito F. Parrales.

Freddy Parrales, corresponsal GN
Rodolfo Martín
rmartin@aldia.co.cr

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Corredores, Puntarenas.- Un panameño, al parecer de apellido Medro, murió antenoche al recibir dos impactos de bala durante un confuso tiroteo ocurrido en el poblado de La Cuesta, situado a seis kilómetros de Paso Canoas.

En el incidente, se vio involucrado Alberto Gómez, el hombre que el año pasado permaneció secuestrado cinco meses hasta ser liberado el 23 de setiembre en el poblado de Huacas, de Santa Cruz de Guanacaste.

Hipótesis policial

Los hechos, al parecer, comienzan cuando tres sujetos, abordo de un “pickup” con placas panameñas, llegan a una casa en el poblado de la Cañaza, donde amordazan a dos mujeres y a un vecino de ellas, informó el oficial Allan Obando, director regional de la Fuerza Pública.

En un momento dado, presuntamente, oyen el ruido de un carro que llega. Como creen que es el dueño de la vivienda, salen a hacerle frente y comienzan a disparar sin mediar diálogo alguno.

El chofer, quien no es el propietario de la casa, es precisamente Gómez quien al verse sorprendido, saca su arma y responde.

Los desconocidos huyen no sólo en el “pickup”, sino también en otro vehículo que roban porque estaba ahí estacionado.

Gómez quiso detenerlos, pero, al no poder, llamó a la Policía.

Los sospechosos se enrumbraron hacia La Cuesta y al llegar al parque el carro robado se detuvo, lanzaron al panameño y reiniciaron la huída a toda marcha hacia Cuervito, un sector fronterizo con Panamá.

“Regresaba de la casa de mi madre en La Cuesta, donde había compartido con mis hermanos cuando –inesperadamente– me atravesaron un vehículo del cual salieron varios tipos disparándome. Yo saqué mi arma y respondí el fuego”, recordó Gómez

Medro le imploró a una cruzrojista de Laurel que pasaba por el sitio, que no lo dejara morir, pero para cuando llegó la asistencia médica, ya había expirado.

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