Antonio Alfaro
analfaro@aldia.co.cr

         

Más de uno diría: ¡cómo me la recetó el doctor!

El riesgo, con Stephanie como enfermera, será que más de uno quiera quedarse en cuidados intensivos. De momento, sin saber qué será mejor, si la cura o la enfermedad, esta generaleña seguirá combinando sus estudios con las pasarelas.

¿Quién es Stephanie?

Una muchacha muy alegre, chineada, estudiosa, muy aplicada.

¿Cuál es su receta?

Ser como uno es.

¿Y físicamente?

Con la forma de vestir. Visto de muchas maneras, en shorts, en faldas, me gusta la ropa pegadita, los vestidos cortitos.

¿Y si le permitieran trabajar como enfermera, con un vestido ajustado y cortito?

Si pudiera me gustaría, pero no me lo van a permitir.

A más de uno podría darle un paro en el hospital.

Todo el mundo me dice eso.

Pero sí podría vestir de “enfermerita” para una ocasión especial. ¿Le gustaría?

Claro que sí. También me gustaría de diablita o de policía, algo a lo Gatúbela, y por supuesto de enfermera.

¿Qué tan diablita es?

No, para nada. Solo un poco pícara, pero nada más.

¿Es cierto que en Pérez Zeledón están las más guapas?

Claro. Hay tanta competencia, que la mayoría de muchachas anda bien arregladitas, bonitas.

¿Hay competencia?

No competencia realmente, pero usted puede entrar a un bar y encontrarse un grupo de ocho o diez mujeres solas. Por eso los hombres que vienen de otras partes se ponen como atacados.

Pero a Stephanie no le deben faltar pretendientes...

Pues más o menos -responde sonriente-.

¿Tiene novio?

No, estoy solita. Por ahora estoy bien así.

¿Es mujer de armas tomar?

Soy de buen carácter, pero ¡cuando me encuentran...!

A los jugadores del Pérez les dicen guerreros...¿Stephanie es también guerrera?

Claro que sí, yo lucho siempre por lo que quiero.

¿Y en lo íntimo también? ¿O prefiere qué él conduzca?

(Se sonroja... titubea...). Depende...no sé...En ocasiones sí, en otras me gusta que me sorprendan.