Yensy Aguilar Arroyo
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El 3 de noviembre del 2009, Sandra Calderón se sometió a una compleja operación en el Hospital México para que le extirparan un tumor en su riñón derecho.

Desde entonces, su vida no es la misma: tuvo que dejar de comer algunas alimentos, en especial la carne de cerdo, su favorita.

Para operarla, a Calderón, de 50 años y vecina de Cristo Rey de Puerto Viejo de Sarapiquí, le bajaron la temperatura de su cuerpo.

Actualmente, Sandra, de nacionalidad nicaragüense y madre de tres hijos, debe permanecer casi todo el tiempo en reposo y no puede hacer grandes esfuerzos.

“Unos familiares me ayudan con las cosas de la casa. Para mí el cambio es difícil. Yo estaba acostumbrada a hacer oficio”, dijo.

“Como me quedé sólo con un riñón, tengo que tomar mucho líquido”, explicó.

Luego de la intervención, estuvo en su casa dos semanas y volvió al hospital porque la herida se le infeccionó. Calderón no ha vuelto a tener complicaciones y debe acudir a citas cada tres meses.

Óscar Palma, especialista en terapia intensiva del Hospital México, anunció que hay otra persona en estudio, para someterse a una operación similar.

“Es una mujer con un tumor abdominal grande. Nos buscó porque al parecer, no quieren tratarla en ningún hospital”, dijo.

Palma agregó que todavía no saben si operarán a la paciente, pues debe someterse a una serie de chequeos, pero la ella está dispuesta a ser congelada, con tal de que le extirpen el quiste.