Antonio Alfaro
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¡Olé! Os propongo nombrar de nuevo a España como “Madre Patria” de Costa Rica. Con Nadal en la cima del tenis mundial, la selección de fútbol como campeona del mundo y Alberto Contador en el liderato del “Tour”, ser español o al menos pariente lejano, os daría plusvalía mundial.

Por si las dudas podríamos convocar a referendo, en lugar del sugerido sobre uniones civiles entre homosexuales, un debate quizás innecesario.

¡Vamos tío! Bastaría un poco de información para saldar diferencias. Espero perdonéis, lectores, si los medios de comunicación no hemos sido suficientemente claros. Si en Costa Rica no se habla de matrimonio ni adopciones –con las que tampoco estaría de acuerdo– sino derechos como herencia y pensión, ¿cuál es el alboroto? De todas formas, las parejas del mismo sexo han existido, existen y existirán, a pesar de lo que decida el país.

España fue más atrevida y se convirtió hace cinco años en el tercer país, después de Holanda y Bélgica, en aprobar los matrimonios homosexuales, pero tampoco estaríamos obligados a copiar al pie de la letra lo que hagan esos “majos”.

Hecha la aclaración, cuando pienso en el antiguo concepto de Madre Patria, tras años de apego a Estados Unidos, que hechizó a generaciones como la mía con el “Pato Donald” o “Tribilín”, o el reciente intento de China, a quien le está quedando lindo el Estadio, yo me quedo con España.