Esteban Cuvardic
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Los Celtics regresan a Boston con buenas noticias: anoche derrotaron a los Lakers de visita, por 94-103, con lo que igualaron 1-1 la serie final en la NBA.

Boston entró más agresivo que en el primer partido - algo de lo que se había quejado el técnico “Doc” Rivers -, y faltando cinco minutos para el final del segundo cuarto, tenía una amplia ventaja de 33-45.

Jack Nicholson, Leonardo Di Caprio y demás destrellas del cine que llegaron al Staples Center, de seguro estaban preocupados con la actuación de sus queridos Lakers. En especial, Nicholson - un acérrimo seguidor de los pupilos de Phil Jackson, desde la época de Magic Johnson, Abdul Jabbar y demás luminarias -.

Al descanso se llegó con 48-54 a favor de Boston, debido a que Kobe Bryant mostró su genio, con un robo providencial y un triple larguísimo, que redujo la diferencia a sólo seis unidades.

En el tercer cuarto la cosa se puso “color de hormiga”, pues el marcador finalizó empatado: 72 a 72. Seguro que Jack Nicholson y Di Caprio respiraban aliviados, aunque sabían que lo más dramático del juego estaba por venir.

Ray Allen, de los Celtics, llevaba 32 puntos a falta de tres minutos para el final - estableció un récord en finales de siete triples en una sola mitad -.

Los últimos minutos se jugaron “a cara de perro”. A Jack Nicholson le tocó llorar.

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Años tiene Kevin Garnett. “Ha perdido explosividad”, dice Pau Gasol (Lakers).

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Anillos de campeón se reparten entre los Celtics de Boston y los Lakers de Los Ángeles.