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El cuerpo del menor quedó a un lado de la vía ante la mirada de asombro y curiosidad de decenas de vecinos. Grupo Nación.
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Ayer en la casa de Manuel, sus familiares no podían creer lo sucedido, en especial su madre Katia (de negro). Christian Campos.
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La madre preparaba ayer la ropa y el ataúd. C.Campos.
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Kathia Villarreal, madre de la víctima. “Yo estaba sentada en el corredor de mi casa cuando me avisaron la noticia. Es un dolor inmenso lo que siento.”
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Manuel Somarriba, padre de la víctima. “Entiendo que el tráfico es amigo o familiar de ese taxista. Solo espero que las autoridades no lo dejen en libertad.”
Miguel Calderón y Christian Campos, corresponsal GN
miguel.calderon@aldia.co.cr
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Liberia, Guanacaste - Un dibujo con la frase “Tu Dios cuide siempre” es uno de los recuerdos más preciados de su hijo que tiene la joven Katia Villarreal.
La gran ilusión de verlo crecer y entrar al kínder se le escapó, la tarde del sábado pasado, a las 4:30 pm, cuando el menor, de dos años y medio e identificado como Manuel Moisés Somarriba Villareal, murió. Fue atropellado por un taxi a unos 120 metros de su casa, ubicada en el barrio El Jícaro de Liberia, Guanacaste.
“Yo estaba sentada en el corredor de mi casa y mi hijo salió con su hermanita de cuatro años. Ambos iban a jugar al “playground”, recordó afligida la madre.
Sin embargo, cuando los pequeños cruzaron la calle sucedió la tragedia.
Según versiones de testigos, el taxista, de apellido Abarca, venía saludando a una muchacha que estaba en la acera y no observó al niño, quien se soltó de la mano de su hermanita y tropezó.
La Policía de Tránsito informó que el vehículo no posee marchamo ni revisión técnica.
Abarca quedó detenido por los oficiales de la Fuerza Pública. A él se le aplicó la alcoholemia que resultó negativa.
El sospechoso fue llevado al hospital Enrique Baltodano en donde le practicaron exámenes de sangre por orden de la fiscal Laura Cervantes.
Fidencio Abarca manifestó que le entregó el taxi a su hermano a las 3 p.m. y afirmó que “el no estaba tomado”. Apenas llevaba una hora de haber empezado a trabajar”.
Muy dolidos
Manuel Somarriba, padre de la víctima, comentó que “yo nunca dejaba que los niños salieran solos de la vivienda. Lo que pasó ayer me tiene destrozado, sin palabras”, expresó.
Los recuerdos afloraron en este padre de nacionalidad nicaragüense. “Cuando yo llegaba del trabajo de maquinaria que tengo por el sector de la melonera, Manuel me buscaba para ponerme unas sandalias que yo tengo”.
“De verdad que estas noches los recuerdos con mi pequeño hijo no me han dejado dormir”, comentó. Ayer, en horas de la tarde, la familia esperaba el cuerpo para enterrarlo.
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El cuerpo del menor quedó a un lado de la vía ante la mirada de asombro y curiosidad de decenas de vecinos. Grupo Nación.
Ayer en la casa de Manuel, sus familiares no podían creer lo sucedido, en especial su madre Katia (de negro). Christian Campos.
La madre preparaba ayer la ropa y el ataúd. C.Campos.
Kathia Villarreal, madre de la víctima. “Yo estaba sentada en el corredor de mi casa cuando me avisaron la noticia. Es un dolor inmenso lo que siento.”
Manuel Somarriba, padre de la víctima. “Entiendo que el tráfico es amigo o familiar de ese taxista. Solo espero que las autoridades no lo dejen en libertad.”
