Isaac Lobo y Esteban Valverde
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Metallica se presentó la noche del viernes en el Mateo Flores, en Guatemala y el lugar estuvo a reventar. A pesar del entusiasmo de la gente ocurrió un “pelada” minutos después de que la banda saliera a tarima: fallas en el sonido obligaron a parar el concierto. Después de unos largos segundos, el toque continuó entre silbatinas. Afuera del local se presentaron disturbios entre gente que quería entrar, hubo bombas de gas lacrimógeno y botellazos.

Unidos por la música y algo más

Desde San Rafael de Heredia vinieron Richard Chavarría, los hermanos Minor y Doglas Villalobos y su amigo Edgar Hernández para acampar el último día y ver a Metallica hoy. Ellos se hicieron unas camisetas con la bandera de Costa Rica, una foto de la banda y la fecha de la gran cita roquera. Este grupo de amigos no se cansó de divertirse en el Saprissa.

Con el fiel amigo

Este metalero no quiso dejar a su “fiera” en la casa y se lo llevó para lo que lo librara de cualquier problema. Al “guato” le encanta Metallica y se vistió de negro.

¡Barata la “chema”!

De todas las tallas y estilos así eran las camisetas que estaban a la venta en las afuera del estadio Saprissa. Los precios van desde los ¢3 mil hasta ¢6 mil.

Descamisados

Estos eran los únicos que no llevaban camisas negras ayer en la fila. Los roqueros mitigaron el hambre con un emparedado de queso crema.

Buen grupo

Alrededor de las 4 p.m. pusieron música en un parlante y este joven sacó a relucir sus dos pasiones, Metallica y el amor por Costa Rica. Este es un ejemplo de los muchachos que llegaron al concierto, quienes se comportaron a la altura, educados y respetuosos, ojalá otras personas aprendieran de ellos y borraran los prejuicios que tienen con los “headbangers”.