Miguel Calderón Suárez
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En una jornada en la que tuvo que lidiar con las noticias de que su padre, el rey Juan Carlos, había sido operado de un tumor en Barcelona, el Príncipe de Asturias fue “el Rey de La Sabana”.

Al escuchar su nombre, al verlo caminar la gente coreaba con cariño su nombre.

Fue el dignatario visitante más aplaudido.

Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, quien llegó tarde a la ceremonia y se fue de primero del país, le silbaron y abuchearon.

Pese a un férreo cerco de seguridad, muchas ticas quisieron tomarse fotos con el Príncipe.

En un corto encuentro con la prensa se refirió a la afección de su padre y aseguró: “todo salió fenomenal”.

Hasta Superman

“¡Qué lindo es mi país!”, gritaba con euforia Carlos Jiménez mientras observaba a un grupo de boyeros desfilar al frente de la hoy presidenta de la República Laura Chinchilla.

Carlos llegó desde las 8 a.m. con su esposa y tres hijos a disfrutar de una jornada histórica al igual que unas 8.500 personas que se congregaron en La Sabana.

Escolares y colegiales pusieron la nota festiva que se extendió a gentes de todas las edades. Hasta el “Superman” tico llegó.

El “show” de arte popular a “la tica” con mascaradas, bailes típicos, carretas, bueyes, payasos, esferas precolombinas y mucha música se hizo sentir. ¿Faltó más organización? Sí. ¿Faltó incluir algunas reconocidas representaciones culturales nuestras? Quizá. Pero el acto, inédito en traspasos, no dejó de llamar la atención en una mañana soleada que a ratos se nublaba y hacía temer chaparrones. Se trató de un buen precedente. Buena tarea para el nuevo Ministro de Cultura.

A todo meter

Mientras la Presidenta prometía servir al pueblo con humildad, honestidad y firmeza, Ángela Romero, de 74 años, bailaba a todo meter entre los presentes.

Mientras Chinchilla hablaba de sus desafíos, un grupo de trabajadores chinos del Estadio Nacional miraban asombrados aquel gran turno vivido ayer en el Parque Metropolitano La Sabana.

“Que Dios ilumine a esa señora y que nos lleve por un buen camino”, comentó Alberto Sáenz, vecino de San Pedro.