Hugo Solano
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A las 11:38 a.m. unos 22 minutos antes de lo previsto, Laura Chinchilla Miranda juró como Presidenta de la República y lo primero que hizo cuando tuvo puesta la banda presidencial, a las 11: 40 a.m., fue besarla.

La gente aplaudía, agitaba banderas de Costa Rica y coreaba su nombre.

La recién juramentada primera presidenta en la historia del país, saludó entonces a su esposo, a sus padres y a su hijo y de seguido abrazó muy fuerte al expresidente Óscar Arias. Fue un abrazo muy intenso y duradero.

Saludó a la concurrencia en la sesión solemne y luego escuchó las palabras del presidente del Congreso Luis Gerardo Villanueva. “Señora presidenta: el reto de su Gobierno es que nuestro país sea más seguro y esta Asamblea Legislativa contribuirá a alcanzar esa meta”, le dijo Villanueva.

Cumpliendo con precisión el programa, la presidenta Chinchilla dio su discurso. Mostró aplomo y claridad.

Prometió gobernar con “humildad, honestidad y firmeza”. “Mi Gobierno será de todas y de todos”, ratificó.

La Presidenta leyó su discurso mientras un fuerte viento soplaba sobre las hojas y aliviaba la fuerte temperatura.

Mencionó el trabajo en equipo por una Costa Rica más tranquila con mayor y mejor presencia policial y con una cultura de legalidad más depurada.

Al expresidente Óscar Arias le agradeció porque, a su juicio, abrió una senda de confianza y esperanza para el país. “Vivimos un período de hondas mutaciones y múltiples desafíos que nos obligan a opciones legales y morales: desde el frenesí del armamentismo hasta el hambre y la desnutrición; desde el amparo de la bioética hasta el desarraigo de la familia”, acotó Chinchilla.

Aludió al acuerdo con el Movimiento Libertario cuando dijo que pasadas las elecciones se han creado y abierto espacios para acuerdos de bien común.

Reconoció que su tarea no será exitosa si no es capaz de convocar a todas las personas de buena fe.

“En esta casa que nos abriga, nadie debe pretender el monopolio de la verdad”, dijo al insistir en el diálogo.

Clamó por buscar nuevos nichos de mercado y su compromiso personal, en mantener el liderazgo moral de Costa Rica en el mundo con la defensa de la paz, la libertad y los derechos humanos.

Advirtió de los desafíos de la democracia. “Ninguna estructura al margen de la responsabilidad, puede garantizar el desarrollo”. En esa línea el arzobispo Hugo Barrantes, citó en un “Te Deum” el evangelio de San Juan “que todos sean uno, para que el mundo crea”.

Chinchilla dirigió luego el primer Consejo de Gobierno. De los cuatro decretos que firmó en la primera sesión de trabajo con sus ministros, dos son en el campo de la seguridad ciudadana.

Además de ratificar al gabinete, nombró a Dennis Meléndez como regulador general y a Ana Lorena Brenes como procuradora general. La Asamblea Legislativa decidirá por mayoría simple si lo acoge o no.

Primeros decretos

Se declara moratoria nacional por plazo indefinido para la actividad de minería metálica de oro en todo el territorio. Entendida como exploración, explotación y el beneficio de los materiales extraídos con cianuro o mercurio.

El anterior corrige contradicciones en los anteriores y reforma el que dictó Arias.

Se creó la figura del comisionado nacional antidrogas.

En seguridad ciudadana la Presidencia coordinará los esfuerzos y crea un comité con representantes del Gobierno, el Poder Judicial y la Asamblea Legislativa, para que en 100 días presenten los resultados.

Se declara de interés público la conformación y desarrollo de la “Red Nacional de Cuido y Desarrollo Infantil”.