Munich / DPA. Llegó, casi se desplomó y al final triunfó: Louis Van Gaal se convirtió ayer en el primer técnico holandés en levantar el trofeo del campeonato alemán.
Un éxito que lo llenó de orgullo, como admitió tras el 3-1 sobre el Hertha en la última fecha de la liga, aún cuando es solo el primer paso hacia el triplete.
“Podemos ganar más”, comentó con la mira ya puesta la semana próxima en la final de la Copa contra el Werder Bremen, en Berlín, y la final de la Champions el 22 de mayo ante el Inter, en Madrid.
Arrogante, dominante, “sabelotodo”, Van Gaal se presentó desde el primer día en el Bayern como “Rey Louis I de Baviera”.
Cambió radicalmente los hábitos del equipo. Obligó a los futbolistas a comer juntos y no permitió que ninguno se levantara de la mesa, hasta que hubieran terminado todos.
Después de sufrir el Bayern el peor arranque de liga en 43 años y quedar a ocho puntos del primer puesto, el holandés se convirtió en blanco de críticas. Casi lo echan. Se peleó con Ribéry y ahuyentó a Luca Toni. Pero le tuvieron paciencia y llegó el éxito.
© 2010. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.