Karla Barquero, colaboradora
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¿Se imagina usted ver al ministro de Educación Leonardo Garnier pegándole con un chilillo a los alumnos? Pues esta escena podría observarse mañana.

Antes de que se le ocurra meter el “salacuartazo”, se trata de una máscara idéntica al Ministro que usted podrá apreciar durante la celebración del Día de la Mascarada Tradicional Costarricense.

A este personaje se le unirá “La Giganta” y muchos otros más a los diversos festejos.

Por ejemplo, el parque central de Barva, en Heredia, será el punto de encuentro para 260 estudiantes que llegarán con su mascarada a partir de las 9 a.m.

Además, en Aserrí se realizará un pasacalles a las 10 a.m. y reunirá mascaradas de Desamparados, Cartago, Escazú, Heredia y 20 agrupaciones acompañadas de cimarrona.

El turno de festejar para los brumosos será a partir de las 6 p.m. con un desfile que saldrá desde el antiguo cuartel de Cartago con rumbo a la basílica de Nuestra Señora de los Ángeles.

Los mascareros de San Antonio de Desamparados serán los dedicados de la actividad.

Los asistentes a los diversos festejos podrán disfrutar de las cimarronas, bailes y de las comidas típicas.

Vieja tradición

Desde que tiene 12 años, Damaris González se ha dedicado a la creación de mascaradas.

Sin embargo, desde hace diez años realiza sus creaciones a nivel más comercial, en su casa ubicada en Barva de Heredia.

Según González, actualmente los más jóvenes buscan máscaras que asusten, mientras que los adultos quieren las más tradicionales y las de personajes.

“Ahora los chiquillos no se asustan fácilmente, prefieren las máscaras de terror, por eso a veces me traen imágenes de Internet para que yo se las haga”, comentó la artesana.

González afirma que entre las tendencias son los payasos los que este año están de “moda”, sin embargo, no dejan de ser pedidos “La Giganta”, “El Diablo”, las calaveras, las brujas y los gigantes.

Así que no tiene excusas, asista y participe de las celebraciones propias que tiene el país para este 31 de octubre.

Curiosidades

Las primeras mascaradas se confeccionaban con papel y barro, actualmente se fabrican con fibra de vidrio para que duren más tiempo.

En varias comunidades el desfile se acompaña al son de la música, y con el azote de una vejiga de res, que es utilizada como una especie de chilillo que se usa para perseguir a los niños.

Esta tradición no se realiza únicamente en octubre, sino que los pueblos sacan sus mascaradas a las calles en días festivos y cuando realizan los tradicionales turnos.