* Karina Picado, psicopedagoga
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Dormimos con dos perras, lo que no me parece saludable, durante la intimidad ella suele acariciarlas, lo que me molesta de sobremanera, y si les pasa algo se deprime.

R/ Usted dice “los perros gobiernan mi vida” y eso no puede ser. A veces sobredimensionamos o le damos un valor exaserbado a cosas que no lo tienen, en este caso a los perros, que aunque son seres vivos, no deberían sustituir el afecto y amor humano, y a esto se le debe poner límites. Habría que analizar por qué ella entabló esos apegos irracionales con ellos y el origen de la obsesión. Luego poco a poco diseñar un plan de modificación de conducta donde sustituya esas conductas. Y poner límites, como que en la habitación no entren perros. Es mejor hablarlo pronto.

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Me salen muchachos lindos que me atraen, pero estoy confundida con mis sentimientos, yo quiero ser feliz pero no lo logro. ¿Qué es lo que me sucede?

R/ Usted tiene 30 años de edad, está en un proceso de transición donde se da un conflicto entre lo que quería y no consiguió, lo que tiene y no quiere conformarse con eso y con lo que no ha logrado hasta el momento. Esas crisis son necesarias para lograr un ajuste de los rasgos de su personalidad, donde su proyecto de vida exige más responsabilidades y usted podría sentirse frustrada o desmotivada. Hay que analizar qué no la tiene conforme, qué puede cambiar y qué no para aceptarlo. Hasta que no cumpla con la tarea de autodenifirse y saber qué quiere en realidad, y crecer espiritualmente no podrá ser feliz.

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