Osa. - Dos hermanos, un hombre y una mujer, vecinos de Palmar norte de este cantón, se convirtieron el domingo en millonarios al ganar, cada uno, ¢24 millones con el premio mayor de la lotería de consolación.
Los ganadores compraron los pedacitos del número 30 con la serie 210 en Pérez Zeledón, cuando a mitad de la semana viajaron para realizar compras.
La suerte se las dio la esposa del ganador, quien tuvo un sueño y les dijo que compraran el número 30. Ella estaba segura de que ese número sería el favorecido.
La mujer descansaba en su casa en el momento en que llegó su hermana a visitarla y le dijo que había caído el número 30.
Minutos después, comprobaron que salieron favorecidos.
De inmediato, fueron a dar aviso a sus hermanos, quienes viven a escasos metros.
La familia vivió unos minutos de zozobra mientras el hermano mayor buscaba las fracciones que había comprado.
La mujer trabaja como guarda de seguridad en una escuela y su hermano labora como chofer de una institución de Gobierno.