Rodolfo Martín
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Las horas que viven los árbitros Ricardo Cerdas y Christian Méndez, a causa del grave error del domingo en Limón, no se le desea a nadie en este mundo.

Cerdas y Méndez, a quienes no tengo el gusto de conocer, han reaccionado con una gran valentía y decencia. Han dado la cara, en una actitud que los retrata como personas de bien.

Lo que no entiendo es por qué el castigo también abarcó a William Castro y Francisco Venegas, asistente uno y cuarto árbitro, respectivamente. Nada tuvieron que ver con el incidente, ni siquiera fueron consultados por Cerdas. Tampoco comprendo por qué la Comisión de Arbitraje guarda silencio en vez de informar sobre los alcances del castigo. En cambio, si es un jugador el sancionado, el Disciplinario expone de inmediato el castigo con punto y comas.