Mónaco, AP y AFP.- El príncipe Alberto II y la princesa Charlene de Mónaco contrajeron matrimonio religioso ayer en el Palacio, ante cientos de miembros de la realeza, jefes de Estado y celebridades del deporte y la moda.
El sonriente novio de 53 años vistió un uniforme blanco y Charlene, de 33, portó un espectacular vestido color blanco marfil, bordado con cristales, nácar e hilos de oro y diseñado por el italiano Giorgio Armani.
Su Alteza Serenísima, quien guarda de sus años de campeona de natación una espalda fuerte, debió soportar el peso de 40 mil cristales Swarovski y 20 mil madreperlas en forma de lágrimas.
Kilómetros de hilo color plata fueron utilizados para bordar el espectacular vestido. Para el velo se usaron 20 metros de tul.
Los recién casados –que según rumores estuvieron al bordo de la ruptura hace pocos días – intercambiaron un furtivo beso durante el enlace religioso.
La boda religiosa de Alberto II y la excampeona de natación, casados por lo civil el viernes, se celebró en el patio de honor del Palacio, y no en la catedral donde se casaron, en 1956, Rainiero III y la mítica Grace Kelly.
Alberto guiñó un ojo al deslizar la joya en un dedo de Charlene y esta mostró una sonrisa amplia cuando hizo lo mismo al príncipe. Tras la boda, los esposos recorrieron las calles del Principado y se dirigieron a la iglesia de Santa Devota, patrona de Mónaco, donde la novia depositó su ramo.
Allí, una madre y su hija entonaron cantos a la virgen María, momento en el que Charlene, muy conmovida, se soltó a llorar.
Entre los invitados estuvieron las hermanas de Alberto, Carolina y Estefanía y sus sobrinos; el diseñador Karl Lagerfeld, la modelo Naomi Campbell y el presidente francés Nicolas Sarzoky.
¿Novia fugitiva?
Al caer la noche, un espectáculo de fuegos artificiales puso fin a los festejos que por poco no tienen lugar, según fuentes allegadas a la organización de la boda.
Esas fuentes hablaron sobre la veracidad de la crisis entre los novios y de un probable pedido de reconocimiento de paternidad a Alberto, que tiene ya dos hijos ilegítimos. Según publicó el martes la revista francesa L"Express, Charlene quería interrumpir los preparativos y regresar a Sudáfrica, fue interceptada en el aeropuerto de Niza.
La “fuga” de la futura princesa tenía que ver con “revelaciones” sobre Alberto pero en el último momento se convenció a Wittstock de que volviera a Mónaco. El Palacio de Mónaco calificó de mentirosas las afirmaciones.