Tras nueve años de matrimonio, nos divorciamos, pero sigo apoyando a mi exesposa porque tiene infinidad de problemas con su madre. Ahora mi nueva novia me reclama por esa situación.
Por más que usted tenga un corazón tan generoso y las mejores intenciones debe tener conciencia de que le está haciendo daño y puede confundir a ambas. Esto, porque su exesposa sigue dependiendo psicológicamente de usted y hasta tiene influencia sobre ella. Eso no es justo, ella debe ya rehacer su vida no a la sombra de usted. Y por otro lado, a su nueva relación esos contactos con su ex pueden hacerla dudar o sentirse insegura de su amor por ella. Ya es la hora de terminar la relación con su esposa, -por el bien de ambos- o explicarle claramente que su ayuda no tiene fines románticos y que usted ya tiene novia.
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Terminé con mi novia porque con alguna frecuencia ella me decía palabras duras: estúpido, idiota. Aunque según ella, eso no fue faltarme el respeto. ¿Cree que ella pueda cambiar?
Ella no podría cambiar su personalidad o temperamento, pero lo que sí puede hacer es reaprender a comunicarse, a manejar su frustración y su enojo y modificar sus pensamientos hacia las personas que le rodean y hacia sí misma. Podría ser que ella está inconforme con su vida o con el tipo de manifestar y recibir el afecto. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que la agresividad se origina en los químicos del cerebro. Por eso, si es mucho su problema de agresividad debe ir al médico para ser valorada y además recibir ayuda psicológica para capacitarse en el cambio de sus reacciones psicológicas como gritar o insultar. Sin embargo, recuerde que el noviazgo es un periodo para conocerse y nadie merece vivir bajo amenaza emocional.
