Tokio, Japón/ EFE.- El sismo y tsunami que el 11 de marzo sacudió Japón, ha hecho temblar también las relaciones personales de los japoneses, entre los que ha disparado tanto la búsqueda de pareja como los llamados “divorcios del terremoto”.
En Tokio, mientras veían las imágenes de los refugiados en el noreste, “muchas personas que habían decidido vivir solas se imaginaron cómo sería afrontar en soledad una situación así, y cambiaron de opinión”, explicó Hirobumi Seki, portavoz de la agencia matrimonial O-net, que cuenta con 350.000 clientes.
En mayo, dos meses después de la catástrofe, el número de mujeres que acudió a la agencia había aumentado un 52 por ciento, mientras que en el caso de los hombres el incremento fue del 35 por ciento.
Antes del terremoto la mayoría de las inscritas en O-net tenían entre 20 y 49 años. Tras el sismo despuntaron también las solicitudes de mayores de 50 años.
Pero el sismo no sólo ha traído uniones, también abrió brechas entre parejas hasta el punto de acuñar un nuevo término en la sociedad nipona, los llamados “shinsai rikon” o “divorcios del terremoto”, en aquellos matrimonios que se pusieron a prueba, sin éxito.
“Decidí terminar mi matrimonio pocos días después del sismo”, explica Yukie, de 30 años y quien recuerda cómo durante los días de mayor tensión y preocupación por la posible escasez de alimentos, su marido adoptó una actitud de “egoísmo” que le reveló “una cara que desconocía”.