Rodolfo Martín
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Puntarenas. - “Si me van a llevar que me lleven a un lugar en donde haya trabajo porque yo soy un hombre muy trabajador”, habría expresado ayer José Luis Quesada Argüello, un peón de construcción sobre quien pesaba una orden de captura por cuanto el 1.° de julio del 2009 había sido condenado a cuatro años de cárcel por abusos sexuales contra una menor.
El sentenciado fue apresado en el poblado de Aranjuez de Pitahaya de Puntarenas, mientras reparaba una galera con la intención de convertirla en bodega.
Quesada, al parecer, había burlado la acción de los oficiales del OIJ de Puntarenas en varias ocasiones.
Ayer, sin embargo, no tuvo mayor oportunidad y, cuando se vio descubierto, lo único que atinó a argumentar es que lo “habían detenido con engaños”.
El sujeto quedó preso y puesto a las órdenes del Tribunal de Juicio de Heredia, que fue el despacho que lo sentenció.
Los jueces Joe Campos Bonilla, Antonio Ortega Vindas y Mayid Torres González, le dieron total credibilidad a la ofendida, más no así a él, quien arguyó que la denuncia interpuesta en su contra obedeció a una venganza.
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