Washington / EFE - Los científicos han descubierto que unos pájaros que habitan en los Andes no sólo memorizan su canto, sino el de su pareja, según un estudio publicado hoy en Science que indica que ciertos circuitos cerebrales, similares a los humanos, están preparados para la cooperación.
Los pájaros de la especie Pheugopedius euophrys, conocida también como soterrey colillano en Ecuador, cantan duetos íntimos en los cuales alternan las sílabas tan rápido, que suena como si un sólo pájaro estuviera cantando.
Según explicó a Efe Carlos Rodríguez, coautor del estudio, que realizó como miembro de la Universidad Católica de Ecuador, los investigadores han asumido generalmente que la actividad cerebral de cada pájaro cantor estaría dedicada en su mayoría al papel individual de cada ave.
Sin embargo, este nuevo estudio muestra que los cerebros tanto de los carrizos machos como de las hembras procesan el dúo entero, no sólo la contribución de cada ave.
Este descubrimiento indica que “el cerebro está programado para trabajar en equipo, no considera el canto como del otro, como una actividad separada, sino como parte de sí mismo y prefiere concentrarse en su esfuerzo combinado”, señaló Rodríguez.
“Su dúo es quizás el más complejo que se ha visto en la naturaleza”, indicó a Efe Eric Fortune, del departamento de Ciencias Psicológicas y del Cerebro de la Universidad Johns Hopkins y también autor del estudio.
Fortune explicó el interés de su equipo por este pájaro por el hecho de que “su comportamiento único tiene las características ideales para el estudio de los mecanismos de la cooperación”.
Los investigadores les grabaron cantando en los bosques de bambú del volcán Antisana de Ecuador, donde se concentran, aunque también habitan en algunas zonas del norte de Colombia y en Perú en la alta cordillera andina.
Después, los investigadores registraron la actividad cerebral de los pájaros en una reserva, al tiempo que reproducían las grabaciones de duetos y de cantos individuales y vieron que las neuronas cerebrales respondieron más vigorosamente a los duetos, sugiriendo que ciertos circuitos cerebrales -que son compartidos por los humanos- están preparados para la cooperación.
“La idea es que cada carrizo tiene una especie de memorización del dueto en su cerebro. Este es un hallazgo nuevo y emocionante, porque previamente los estudios han demostrado que los animales tienen representaciones o recuerdos de su propio comportamiento, pero no de otros animales”, indicó Fortune.
El aumento en la actividad es un indicador de esta memoria, pero no están seguros de cómo esta actividad cerebral se utiliza en el control del canto, explicó el doctor, que adelantó que su próximo experimento será analizar cómo se utiliza en el canto a dúo.