Misrata/AP.- El cadáver ensangrentado de Moamar Gadafi permanecía ayer en el congelador industrial de un centro comercial, mientras las autoridades deciden dónde y cuándo entierran al derrocado dictador libio.
Mientras los habitantes hacían fila afuera con la esperanza de echarle un último vistazo.
Las disposiciones provisionales para el cuerpo reflejan la desorganización y confusión que han rodeado la muerte de Gadafi. Las versiones sobre la manera en que falleció después de ser capturado por los revolucionarios eran contradictorias, y el principal funcionario de derechos humanos de Naciones Unidas expresó su preocupación de que fuera baleado estando bajo custodia.
Su entierro estaba planeado para ayer, de acuerdo con las tradiciones islámicas que exigen pronta sepultura. Sin embargo, el gobierno interino lo retrasó porque aún falta determinar las circunstancias de su muerte. El ministro de Información, Mahmud Shammam, también dijo que debaten sobre cuál es el mejor sitio.
El cadáver, desnudo hasta la cintura y con pantalones color café claro, yacía en un colchón ensangrentado en el suelo del congelador, tiene un orificio de bala en la sien izquierda –con la bala aún allí, de acuerdo con el doctor a cargo – y otro en el centro del pecho y el estómago. En cabeza y brazos tiene rastros secos de sangre.
La viuda de Gadafi, Safia, refugiada en Argelia, reclamó una investigación de la ONU y pidió que el cuerpo de su marido y el de su hijo Muatasim, le sea entregado.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos solicitó ayer una investigación sobre el deceso de Gadafi y Estados Unidos, por su parte, llamó al CNT a la “transparencia”.
En todo el país, la muerte del derrocado líder provocaba escenas de alegría y libertad,