Lunes 31 de octubre de 2011, Costa Rica

Concierto de Ricardo Montaner, el sábado en Tibás

Amo del romance

Allan Andino

aandino@aldia.co.cr

Si hay algo de lo que Ricardo Montaner puede alardear, es de que siempre que viene tiene una fiel fanaticada que trasciende generaciones. Antenoche así lo demostró en su concierto en el estadio Saprissa.

A las 10:30 p.m. luego de tanta espera y con un espectáculo al que le metió más plata que los anteriores (seis pantallas leds en vertical que proyectaba letras e imágenes según la canción, tres coristas más un elenco de bailarinas estadounidenses), el cantautor nacido en Buenos Aires y criado en Caracas se destapó con 23 temas.

“Necesito de ti”, “Cuando a mi lado estás”, “Todo”, “A dónde va el amor” y “Será”, en ese orden, fueros las primeras piezas.

“Buenas noches, ¿cómo se sienten? ¡Ah, verdad! No creían que no iba a llover el sábado. Les dije que no le pararan bola al pronóstico”, bromeó Montaner mirando al cielo en medio de una noche preciosa que terminó despejándose de a poquitos.

“¿Cómo están arriba? ¿en el medio? ¿abajo? Estamos dispuestos a cantar varias horas. Agradezco a Dios que nos dio la oportunidad de volvernos a encontrar. ¡Dios te bendiga Costa Rica! Ésta es de las nuevitas”, dijo el artista, al entonar luego “Para un poco”.

Con un dominio de escena y del público arrollador, el cantante de 54 años arrastró una silla para cantar un tema en cada una de las esquinas de tarima.

El sonido fue bueno, la asistencia, si bien no fue llenazo, (socios del Saprissa totalmente vacíos y algunos huecos en graderías) fue muy aceptable.

Con una sorprendente habilidad para chasquear sus dedos al usarlos como un instrumento musical, puso a corear al estadio con “El poder...de tu amor”.

Pero las baladas cambiaron de ritmo y con arreglos de merengue levantó de sus sillas a la gente para bailar “Solo con un beso”, mientras sus guapas y torneadas bailarinas hacían de las suyas.

Allí ya había dejado tirado su saco para interpretar también la muy bailable “Cachita”, con todo y llamaradas de fuego en tarima. “Un saludo a la gente de Venezuela”, exclamó el artista a sus paisanos, mientras se levantaban algunas banderas con las afamadas estrellas blancas en arco.

Los 10 músicos le ponían sazón y cantó “Soy feliz”, nombre de la gira. Se retiró y lo trajeron de vuelta con el “¡otra, otra!”. A las 12:20 a.m. se despidió con la tan esperada “La cima del cielo”.

Dos temitas

Ricky y Mau, cachorros de Montaner fueron aplaudidos por sus temas.

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Video de la nota

  • Montaner habla de la música en su familia, la política en su país, Venezuela y más. Imágenes de Allan Andino.

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