Soy un hombre de 55 años, pero la culpa no me deja vivir en paz. Cuando era muy joven dejé embarazada a una muchacha de mi pueblo y cobardemente huí. Ahora no sé nada de mi hijo y eso no me deja vivir.
Los asuntos inconclusos y sobretodo con una carga tan grande de procrear un hijo y rechazarlo es algo que además de generar culpa le quita la paz y la estabilidad emocional incluso para amar a alguien más. Su propia imagen se desvirtúa, pues dentro de usted se ve como malo, irresponsable o sin derecho a ser feliz y eso lo retrae y no lo dejaría avanzar en la entrega de amor por los demás. Lo primero que le recomiendo es perdonarse a usted mismo, pues por las razones que haya tenido, su inmadurez le hizo actuar así y aunque ya no pueda cambiar el pasado sí es su obligación cambiar el presente y el futuro suyo y de su hijo. Luego póngase en paz con Dios y para eso, busque apoyo de un guía espiritual. Pídale a alguien que le ayude desde el punto de vista legal para tratar de ubicar a su hijo. Puede llamar a alguien que los conozca, buscar en Internet o hasta acudir al Registro Civil para hallarlo. Luego contáctelo, y aunque él lo rechace debe hacer pedirle perdón. Él debe sentir su arrepentimiento y amor hacia él aunque no lo conozca. No tema, resuelva su situación ya.
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Si yo llamo por teléfono a un exnovio a quien quise mucho y quien vive en México ¿le estaría siendo infiel a mi esposo?
El ser infiel o no depende exclusivamente de la verdadera motivación interna y emocional que usted tenga disfrazada con la necesidad de contactarlo y saber de él. Analícese internamente: ¿aún siente algo por él, aunque sea aprecio?, ¿quiere sentir si él no la ha olvidado, como si usted fuera importante para él?, ¿se siente emocionalmente excitada si se comunica con él, como sentir pajarillos en el estómago?. Sea sincera con usted misma y mejor no se exponga.