Carlos Freer, cineasta
cfreervalle@gmail.com

Haciendo un parangón con las siete vacas gordas y las siete vacas flacas que vio en sueños el faraón de Egipto (según relato del Génesis), don Óscar nos anunció que vendrían para nosotros tiempos de vacas flacas.

“De tal fealdad como yo nunca las había visto en la tierra (...) Y las vacas flacas devoraron a las primeras vacas gordas”, dijo el faraón, que no don Óscar, pero palabras más, palabras menos, Arias nos hizo advertencias parecidas.

Cada quien tendrá su lista, pero pienso que esas siete vacas flacas podrían ser las siguientes:

Uno: la enorme crisis financiera, con quiebras de bancos, caída de la inversión inmobiliaria, desorden y pérdidas más que cuantiosas en las bolsas de valores.

Dos: la crisis económica globalizada, con enorme desempleo, derrumbes en industrias y caída en las inversiones.

Tres: el narcotráfico, con su secuela de muerte y destrucción de millones de personas, venganzas y corrupción.

Cuatro: la inseguridad ciudadana, con secuestros, terrorismo, bajonazos, asaltos violentos, ajusticiamientos brutales y demás.

Cinco: la crisis alimentaria, con 963 millones de personas padeciendo hambre en el mundo.

Seis: el cambio climático y el calentamiento global, con sus nefastas consecuencias para la vida en el orbe.

Siete: la crisis energética, que nos obliga a buscar sustitutos para el petróleo, que se puede acabar en 30 ó 40 años.

Pero ¿cuáles fueron las vacas gordas?