Rodolfo Martín
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Acosta, San José.- Amarrado de manos y con un balazo en la cabeza, apareció asesinado ayer en la madrugada Vladimir Villalobos, un adolescente de 16 años que, presuntamente, horas antes había sido interceptado en San Rafael Arriba de Desamparados por varios sujetos.
“El móvil del homicidio no fue el robo. El hecho, más bien, responde a un ajuste de cuentas. Ahora lo que habrá que esclarecer es cómo, un muchacho tan joven, pueda tener problemas de tal magnitud para que se resuelvan de esta manera”, comentó ayer Jorge Rojas, jefe del OIJ.
La alerta la dio Leonardo Jiménez, de 22 años, que acompañaba a Villalobos y quien logró sobrevivir, confirmó el capitán Alexánder Godínez, de la Fuerza Pública de Acosta.
“Al parecer, él observó cuando a su amigo lo tiraron del auto y le dispararon”, expresó Rojas, quien no quiso ahondar en detalles por tratarse de un caso en investigación y para salvaguardar la seguridad del testigo.
Villalobos había sido apuñalado pocos meses atrás, confirmó Rojas. El incidente de ayer ocurrió cerca de las 4 a.m. en el barrio Aguas Claras, situado a tres kilómetros de San Ignacio, carretera a Palmichal, según informó Rosaura Rodríguez, de la Cruz Roja de Acosta.
Jiménez, presuntamente, le habría dicho a la Fuerza Pública que los abordaron en un carro grande, que los llevaron retenidos por varias partes y que, en una ocasión, entraron a una bomba de gasolina donde los obligaron a lanzarse al piso del carro para no ser vistos.
Además de este incidente, la Policía de Acosta vivió antenoche otro hecho muy parecido. A las 11 p.m. dos jóvenes llegaron al centro de San Ignacio –uno descalzo y mojado– y dijeron ser vecinos de San Rafael Arriba de Desamparados y que habían sido interceptados por varios sujetos cerca de las 8 p.m. cuando llegaron a Aserrí a jugar fútbol. Los muchachos, cuyas identidades y edades no trascendieron, afirmaron que los asaltaron y que escaparon cuando los iban a acribillar. El caso está en manos del OIJ.
Otro hecho parecido
Alexánder Calderón, vecino.
Los muchachos no eran conocidos en la zona y, por eso, cuando pidieron un taxi, no les dieron el servicio”.
Olger Monge, vecino.
Uno de ellos llegó mojado y descalzo. Dijo que eran de San Rafael Arriba y que los habían interceptado en Aserrí”.
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